Calaveritas, tradición centenaria
MORELIA, Mich., 2 de noviembre de 2016.- El origen de las calaveritas, es decir, la tradicional medida de versos y rimas divertidas para burlarse de alguien, destacar sus defectos e incluso congraciarse, tiene orígenes en la época virreinal de nuestro país.
Debido a los onerosos y cargados títulos de abolengo de la burguesía mexicana, las clases menos favorecidas utilizaban las calaveritas para burlarse de ellos, siempre bajo la crítica social.
Quadratín ya se prepara
pues la pelona va a su encuentro,
cierren puertas y ventanas
que esta sí ya no la cuento.
Su uso se intensificó durante el siglo 19, tras la lucha independentista que dejó disminuida la población española y a la nobleza, eso dejó un terreno fértil al naciente país.
Hay una versión que le atribuye la creación de las calaveritas a la madre Matiana, personaje mexicano que fue una sirvienta, que entró al convento de San Juan de la Penitencia para servir a la madre Sebastiana Maya, cuando dicha monja murió, la llamada madre Matiana salió de este convento con una fama de milagrera.
Ya está Paco, Davish de apelativo
confeccionando una nota
sereno y dubitativo,
mientras la pelona le ronda
Impaciente y furibunda.
Escribirle en su tumba quiere
un epitafio breve y conciso:
"Aquí yace en los puros huesos,
quien en vida todo hizo".
La llamada madre Matiana ha generado cierta confusión entre historiadores, porque algunos la sitúan en el siglo 16, mientras que otros lo hacen en el siglo 18.
A este personaje, que no era realmente una monja porque jamás profesó como tal, se le atribuyen profecías y epitafios, los cuales fueron transmitidos de manera oral.
Allá viene doña Dilia
cante y cante una canción,
y en la esquina 'la tilica',
ya la espera con su son.
La censura fue un elemento constante durante el siglo 19, por lo que las calaveritas fueron reprimidas porque muchas veces, digamos la mayoría de estas, hacían burla de personajes políticos y éstos no lo iban a dejar pasar por alto.
De manera paradójica esta situación sólo logró que estas expresiones literarias tuvieran mayor fuerza. La primera publicación que se recuerda en un periódico de México fue entre los años que formaron la década de 1840 a 1850, uno de ellos fue el periódico El socialista que se hacía en Guadalajara Jalisco.
¡Ay nanita! qué bonito
trabajan los de redacción,
eso ni quién lo niegue,
Aunque la parca se los lleve
directitos al panteón.
Hay que recordar también que durante esos años, muchos de estos versos venían acompañados por imágenes, entre estas las más representativas de la cultura de la muerte son las realizadas por el ilustrador aguascalentence José Guadalupe Posada.
En la actualidad las calaveritas son versos festivos que se siguen realizando en los días previos al Día de Muertos y se dedican con cariño a personas, instituciones o cualquier cosa que se preste para aligerar la carga de la muerte.
Ahí vienen los de producción
cargando sus camaritas
Andan corre y corre
Pidiendo calaveritas.