Ven 8 Obispos indefensión y desesperación en Michoacán
MORELIA, Mich., 19 de mayo de 2013.- Hay un permanente sentimiento de indefensión y desesperación en Michoacán, afirmaron este domingo, mediante una carta, los ocho obispos de la entidad, ante el clima de violencia que se vive.
Mediante una carta publicada en la página electrónica de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se hizo pública la misiva que firman: Alberto Suárez Inda, Arbozispo de Morelia, Miguel Patiño Velázquez, Obispo de Apatzingán, José Luis Castro, Obispo de Tacámbaro, Javier Navarro Rodríguez, Obispo de Zamora, Octavio Villegas Aguilar, Obispo auxiliar de Morelia, Carlos Suárez, Obispo auxiliar de Morelia, Juan Espinoza Jiménez, Obispo auxiliar de Morelia y Jaime Calderón Calderón, Obispo auxiliar de Zamora.
A continuación, el texto integro:
"Nos duele profundamente la sangre que se ha derramado, la angustia de las víctimas de los secuestros, los asaltos y las extorsiones; las pérdidas de quienes han caído en las confrontaciones entre las bandas, que han muerto por el poder criminal de la delincuencia organizada o han sido ejecutados con crueldad y frialdad inhumana.
Nos interpela el dolor, la incertidumbre y le miedo de tantas personas, y lamentamos los excesos que se dan en algunos casos al tratar de dar con los delincuentes.
La preocupante realidad que estamos viviendo sobre todo en el estado de Michoacán conlleva algunos hechos que han venido agravado la situación; hay gran incertidumbre e impotencia en los empresarios y trabajadores del campo y de las ciudades ante la amenaza del eventual cierre y destrucción de negocios y centros de trabajo con las siguientes pérdidas económicas para todos; incluso donde hay oportunidades, estas no pueden ser aprovechadas debidamente por obvias razones. Muy recientemente se ha impedido la llegada víveres y alimentos a algunas comunidades, incrementando la pobreza y el hambre.
Hay un permanente sentimiento de indefensión y desesperación, y se añade el enojo y el miedo a causa de la complicidad, forzada o voluntaria, que se da entre algunas autoridades y la delincuencia organizada, hecho que a muchos les consta y ante el cual nada se puede hacer, para evitar represalias y no exponer incluso la propia vida. Es generalizada la percepción de que falta eficacia en las autoridades federales, estatales y municipales para garantizar la seguridad, el orden, el derecho al libre tránsito. Esto afecta en general la actividad social y económica ordinaria de la población.
Algunos medios de comunicación contribuyen a incrementar la confusión y la inestabilidad, pues frecuentemente la información que dan es parcial, inexacta, e incluso falsa y manipulada. Otra parte en los mismos medios se escuchan versiones provenientes de personas o instituciones oficiales que minimizan la problemática. Pero la realidad es que se ha creado ya una imagen negativa del estado lo que afecta a muchos sectores de la población.
En este contexto, no nos extrañe el surgimiento de las llamadas “policías comunitarias”, signo y consecuencia del hartazgo de la población ante el acrecentamiento de los problemas arriba señalados, con lo que se ha aumentado la confusión para los habitantes de las comunidades, que se ven rodeados de grupos armados de distinta procedencia, muchos de los cuales se autonombran defensores de los intereses de la gente y hasta pretenden actuar en nombre de Dios.
Nuestras cinco Diócesis cubren territorio de Michoacán y algunos municipios del estado de Guanajuato y Guerrero, en todos ellos se dan situaciones similares pero los pueblos que más sufren son los llamados de la Tierra Caliente. De todos lados nos llega el clamor de nuestros fieles y de las comunidades pidiendo ayuda incluso material, solicitando alguna intervención ante las autoridades buscando acciones a favor de las víctimas. Queremos hacernos eco de sus requerimientos pidiendo con urgencia la acción decidida de las instancias correspondientes. Comprendemos los desafíos que afrontan las autoridades políticas, civiles y militares en todos los niveles de gobierno, pero les pedimos que no se conforme con hacer declaraciones mediáticas y que en cambio se hagan presentes en los diferentes ambientes para conocer de cerca la problemática, escuchar de viva voz a las víctimas e instrumentar soluciones efectivas en el mismo lugar de los hechos y con la participación de las mismas personas de los lugares más afectados.
¡No es posible seguir viendo así! Los obispos de estas provincia eclesiástica que comprende las Diócesis de Morelia, Zamora, Tacámbaro, Apatzingán y Ciudad Lázaro Cárdenas, asumimos las responsabilidades que nos tocan como pastores de la grey que el señor nos ha confiado. Pedimos a nuestros sacerdotes, sigan haciéndose solidarios con los fieles y hagan cuanto esté a su alcance, privilegiando como es natural la asistencia espiritual, el acompañamiento a las familias y esforzándose por realizar acciones concretas a favor de la paz y de la reconciliación.
Nosotros como Obispos, somos conscientes de que nuestra misión nos invita a promover los valores evangélicos como son la justicia, la paz, la solidaridad fraterna, la oración intensa, la defensa de la vida, la verdad y el amor a Dios y al prójimo. En este momento crítico en toda nuestra Patria, queremos propiciar una mejor acción educativa indispensable para construir una nueva sociedad, insistiendo en la formación integral de la persona humana y promoviendo aquellos principios humanistas que están a la base de todo proyecto educativo. Sentimos que el clamor de nuestras gentes y sus sufrimientos nos invitan a trabajar en la familia, la escuela y la parroquia a favor de la reconciliación, con la esperanza de encontrar un eco en aquellos que han elegido caminos que juzgamos equivocados.
La esperanza en el futuro es confianza en el presente de la humanidad; por ello, la esperanza del discípulo de Jesucristo se transforma en compromiso con el prójimo. La esperanza cristiana no es pasividad ni indiferencia, si no una actitud decidida para la transformación de la sociedad.
Aseguramos nuestra oración por los que han sido víctimas de injusticias y violencia, por la conversión de quienes hacen daño a sus hermanos y por la reconciliación de todos en la misericordia de Dios. Sus hermanos obispos, Rúbrica".