Ex molino, edificio con historia en Morelia
MORELIA, Mich., 21 de enero de 2015.- Enclavado en el número 1080 de la Calzada Madero de esta ciudad capital, se encuentra el edificio que durante dos siglos se había constituido en uno de los principales molinos de harina de trigo que abastecía de este producto a la capital del estado y diversas regiones del estado de Michoacán.
Pese a que su interior ya no es como originalmente se había diseñado, sí se puede asegurar que ahí quedó plasmado todo un historial de trabajadores que día con día procesaban el trigo para convertirlo en harina de la que, como es sabido, se elaboraba el pan para familias de Morelia y de otras ciudades aledañas.
Datos preliminares arrojan que “El Molino”, identificado así por propios y extraños, inclusive en su fachada principal aún se conserva esa denominación con letras de metal, fue construido a finales de 1700, época en la que alrededor de la amplia vivienda construida de cantera no existía casa alguna.
También se tiene conocimiento que el dueño original, dato que no pudimos obtener, tenía una hija monja de nombre Lourdes, la que lo motivó para que mandara construir el templo que hoy lleva el nombre de “Lourdes”, ubicado en la esquina de Revillagigedo y la Calzada de San Diego, iglesia que, también por instrucciones del propietario del Molino, se conectaba a través de un túnel, hoy clausurado, con el citado edificio harinero.
Al decir del arquitecto Fernando Castro Sánchez, encargado del edificio, también se sabe que, por inconveniencia comercial, dejó de funcionar hace apenas 5 años, en el año de 2010, dejando a su suerte la maquinaria, parte de la cual fue sustraída ilegalmente y otra vendida al mejor postor, mientras que el edificio quedó en ruinas.
Hoy, y tras una remodelación avalada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y que costó alrededor de 30 millones de pesos, con el auspicio de la compañía “Delicias La Providencia” y el empresario Jesús Carmolinga Salas, es un moderno espacio que alberga oficinas del gobierno michoacano, como la Dirección de Ingresos de la Secretaría de Finanzas y de Administración del gobierno estatal.
Pocos datos hay a la mano que nos permiten explicar una historia general del edificio que albergó durante más de dos siglos “El Molino”.
La página Wikipedia nos remite a quien fuera uno de los dueños de esa fábrica procesadora de harina de trigo: Pastor Castro Tinoco
De él se refiere que “nació el 11 de febrero de 1892, hijo del hacendado y tabacalero don Nicolás Castro Martínez y doña Rita Tinoco. Emigró a la ciudad de San Luis Potosí, donde hizo sus estudios de Administración, pasó a vivir a Morelia donde contrajo nupcias con la moreliana Mercedes Ruiz Ramírez, prima hermana de Felipe Tena Ramírez. Procreo a seis hijos destacando a don Manuel Castro Ruiz y don Miguel Castro Ruiz, hijos ilustres de Morelia. Fue uno de los primeros Industriales de la Ciudad y en México, emprendiendo “El Molino la Providencia”, más tarde “Harinera de Lourdes”, fue miembro de la Cámara Nacional de Industria y Comercio, la cual fue impulsada por el moreliano Pascual Ortiz Rubio, Presidente de México, igualmente fue Consejero y Socio del Banco de Comercio, hoy BBVA Bancomer. Fundador de la Asociación de Charros de Morelia en 1923. En el ramo religioso fue miembro de la Tercera orden de San Francisco y de los Caballeros de Colón y Caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Durante la Guerra Cristera participó en la resistencia de la causa en Morelia económicamente, junto con otros empresarios católicos, además de brindar sustento y protección a jóvenes estudiantes del Seminario de Morelia, entre ellos Fernando Ruiz Solórzano, más tarde Arzobispo de Yucatán. Murió en la Ciudad de Morelia, en 1971, sus restos se encuentran en el Templo de Fátima lugar con el que contribuyó económicamente para su construcción.” Otro dato es que la Plaza Valladolid del Templo de San Francisco en Morelia, tiene la fuente dedicada al Buen Pastor, en referencia a don Pastor Castro, donada a la ciudad
por su hijo don Rafael Castro Ruiz.
Hoy, solo quedan recuerdos de lo que fue un bicentenario molino de harina de trigo. Al edificio le llegó la modernidad y, tras ser remodelado, alberga oficinas del gobierno del estado, por donde circulan centenares de ciudadanos morelianos que tienen que realizar diversos trámites oficiales.