El Observatorio Político/Leovigildo González
A diez años del comienzo de la guerra.
Fue el 8 de diciembre de 2006, que Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente de México aparecía en Apatzingán, ataviado con una camisola militar y una gorra con las cinco estrellas (que lo ponen como jefe máximo de las fuerzas armadas), ahí fue el comienzo de una “guerra” contra los cárteles de la droga que se extendió por todo el país.
Calderón, en su afán por legitimarse, emprendió acciones contra la delincuencia organizada, pero con una estrategia poco analizada ya que su primer herramienta fue usar al Ejército y la Marina para acciones que debía hacer la Procuraduría General de la República (PGR) y la Policía Federal.
En ese momento, el ex presidente mandó ocho mil elementos castrenses a “peinar” toda la zona de Tierra Caliente, su primer frente fue con el cártel de La Familia Michoacana, sin embargo, al contar con poca estrategia, fueron prácticamente nulos los resultados y por el contrario los Derechos Humanos de muchos ciudadanos fueron estropeados.
Michoacán ha sido punta de lanza de las estrategias federales en el combate al crimen, aquí también se dio un operativo contra funcionarios públicos estatales y municipales, en 2009, denominado “Michoacanazo”, absolutamente todos quedaron en libertad, la mayoría por que sus expedientes tuvieron deficiencias.
La pugna, entre el entonces gobernador de Michoacán, Leonel Godoy y Felipe Calderón, abonaron para que las estrategias federales de seguridad trastocaran en todo momento las instituciones estatales, en ningún momento hubo coordinación, por el contrario, el Ejército, Marina y Policía Federal no confiaban en policías michoacanos y constantemente había detenciones.
Un error fatal, fue en diciembre de 2010, cuando el entonces secretario de Gobernación, Alejandro Poire, dio como muerto a un capo michoacano, luego de enfrentamientos constantes que duraron una semana en el municipio de Apatzingán, cuatro años después, esa versión fue desechada ya que fue localizado el cadáver tras un enfrentamiento con la Marina.
A diferencia de otros estados, en la entidad, la corporación que estaba al frente de las acciones contra la delincuencia fue la Policía Federal, la cual desde 2006 hasta 2013, fue la que más quejas tuvo ante comisiones de Derechos Humanos, uso excesivo de la fuerza, tortura, amenazas, a lo cual también se llegó a sumar el Ejército y la Marina.
No están preparados.
Las corporaciones estatales y municipales, en todo el país han demostrado deficiencias al momento de combatir al crimen del fuero común, ante acciones delincuenciales de grupos organizados parecen indefensos.
Sin preparación, con armas desfasadas, sin chalecos antibalas, patrullas que medio sirven, así están en su mayoría los elementos policiales municipales en todo el país, mientras que el crimen usa autos blindados, armas largas de grueso calibre e incluso lanzagranadas, así parece imposible combatirlos.
Es por eso que a opinión personal, creo que no es momento de que el Ejército regrese a los cuarteles, aún no hay policías que puedan hacer frente a grupos organizados, ninguna corporación civil parece lo suficientemente sólida para estar al frente de las estrategias federales de seguridad.