Observador Ciudadano/Enrique Bautista Villegas
Y ganó Trump
Y ganó Donald Trump las elecciones para Presidente de lo Estado Unidos.
La sorpresa asaltó al mundo entero, aunque no debiera haber sucedido así. Después del rechazo de los británicos a permanecer en la Unión Europea, lo lógico hubiera sido preguntarse, si pasó en Gran Bretaña, porque no podría suceder en los Estados Unidos. Trato de explicarme.
El rechazo de los británicos a permanecer en la comunidad de naciones de Europa Occidental que conlleva la liberación de las fronteras entre los países asociados, la libre movilidad de sus ciudadanos, y la liberación comercial dentro de sus límites, entre sus principales características, también significa el temor, más que el riesgo, de que crucen las fronteras en forma masiva y descontrolada inmigrantes de naciones pobres y/o con conflictos internos. Tal es el caso de la presión migratoria proveniente de algunas naciones del medio Oriente y el Norte de Africa.
Lo que sucedió en Gran Bretaña, fue el rechazo de los descendientes blancos originarios esa nación a la inmigración de personas de otras razas, religiones, y nacionalidades, que de acuerdo a a la concepción de la realidad de los primeros, llegaron a usurpar los empleos y niveles de bienestar alcanzados en el pasado. Esa visión, manifiesta desde que Gran Bretaña empezó a declinar como la potencia imperial en la primera parte del siglo pasado se fue incrementando paulatinamente, sobre todo entre los nativos originales con menor grado de educación (los blancos de mayor edad), con el paso del tiempo hasta el shock que se manifestó a través del Brexit a principios de este año
Si a lo anterior le agregamos la polarización en la distribución del ingreso estimulada con la adopción generalizada del modelo de desarrollo neoliberal, y la globalización del sistema capitalista, cuestión que ha propiciadola concentración de la riqueza en grupos privilegiados y ha empobrecido a la mayor parte de la población en el mundo, tanto dentro de las naciones más ricas como las ms pobres, resulta comprensible que los afectados busquen, no solo a quien se las hizo sino a quien se las pague. En ese contexto, el rechazo a los políticos que han permitido que esto suceda y de los inmigrantes que llegan a su suelo, se da por igual.
Lo que sucedió el dia de ayer en los Estados Unidos responde a una lógica similar. La mayor parte de la población blanca descendiente de los inmigrantes europeos que fundaron esa Nación, que vive en las zonas rurales y en los estados donde se concentra clase trabajadora industrial afectada por el cierre de empresas, trasladadas a otros países, como China y México (la industria automotriz) buscando mano de obra más barata, culpan de la crisis por la que pasan a su clase gobernante, representada por Hillary Clinton, y a los inmigrantes, provenientes sobre todo de México.
Donald Trump, un magnate exitoso en los negocios, que para muchos representa el ejemplo del sueño americano; que rechazó en su discurso como candidato presidencial a los políticos tradicionales por dar la espalda al pueblo estadounidense, llamó a recuperar la grandeza de los Estados Unidos y tuvo la capacidad de convocar a los estadounidenses blancos y resentidos. Pero además tuvo la capacidad de llamar a votar a millones de estadounidenses supuestamente liberales pero que en realidad son“conservadores de closet”, y que nunca se manifestaron abiertamentea través de las encuestas, por pena a aparecer como tales.
Lo que nos preocupa de sobremanera a los mexicanos, es el temor a que sucederá con el futuro inmediato de este país si Trump hace efectivas sus amenazas de deporta a alrededor de 10 millones de paisanos que carecen de documentos para permanecer en suelo estadounidense de manera legal. Si tuviera la capacidad de repatriar a parte de la industria automotriz asentada en México; si intentara gravar a la importaciones de productos mexicanos con aranceles de 35% , como lo señaló en campaña.
Al tiempo.