Migración, las dos caras de la moneda/ Miroslava Pacheco
Cincuenta y un años después de la aprobación de la histórica ley que cambió el rumbo de la política de inmigración estadounidense, cerca de 59 millones de inmigrantes han llegado a Estados Unidos, de los cuales 16 millones son mexicanos, esto de acuerdo con un estudio realizado por Pew Resarch Center. Observamos claramente que aun y cuando dicha ley intensificó las medidas para disuadir la inmigración a través de reglamentaciones fronterizas reforzadas, esta no logró frenar el flujo de inmigrantes indocumentados.
Durante el último medio siglo, estos inmigrantes de la era moderna y sus descendientes, representan poco más de la mitad del crecimiento de la población de EUA, han reformado la composición racial y étnica de ese país, además de que indiscutiblemente han contribuido al desarrollo económico.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que en México las emigraciones son 89% a Estados Unidos, lo cual significa que la mayoría de la población mexicana emigra a el país vecino en búsqueda de “mejores condiciones de vida”; podemos observar que México a pesar de ser de los países más ricos en recursos naturales, cultura y tradiciones, se encuentra estancado en desarrollo económico, esto se le atribuye a diversos factores como lo son: los índices elevados de corrupción, violencia y la presencia del crimen organizado en varios Estados del país. Las comunidades marginadas en donde se acentúa la desigualdad social son las que poseen mayor presencia de connacionales indocumentados en Estados Unidos, ante la falta de oportunidades en estas zonas, los habitantes se ven obligados a abandonar sus hogares en búsqueda del “sueño americano”.
Sin embargo, lo anterior constituye tan solo una cara de la moneda sobre la migración en México pues hoy en día, nuestro país es cada vez más un puente terrestre para los inmigrantes centroamericanos que viajan a Estados Unidos. En 2015, el gobierno mexicano llevó a cabo cerca de 150,000 deportaciones de inmigrantes no autorizados provenientes del Salvador y Honduras. La repatriación representa el mejor de los escenarios para los centroamericanos, ya que lo más difícil no es cruzar la frontera de Guatemala a México, lo verdaderamente difícil es sobrevivir en México pues los indocumentados optan por subir al tren mejor conocido como “La bestia”, es la vía más peligrosa para llegar a la frontera, no obstante ellos consideran que es la más conveniente, pues evitan alrededor de 48 centros de detención mexicanos y numerosos puestos de control de inmigración. En dicho tren operan redes de extorsión, crimen y tráfico de personas, que hacen del trayecto un verdadero infierno.
Hoy en pleno día Internacional del Migrante, México tiene varios retos que superar, el primero consiste en garantizar los derechos humanos de sus connacionales en Estados Unidos, el segundo en proteger los derechos humanos de los centroamericanos inmigrantes que ingresan a México y el último pero no menos importante, consiste en mejorar la calidad de vida de los mexicanos para de esa manera evitar que estos abandonen sus hogares por la búsqueda de “mejores oportunidades”.