El Evangelio Hoy/Mateo Calvillo Paz
El regalo más grande de amor
Mateo Calvillo Paz
Se ha cumplido el tiempo y Dios cumple su promesa, nos da a su Hijo el bebé más encantador, sabio y nos libera de la corrupción y la impunidad.
En tu vida. A Juan, un trabajador honesto, padre de familia lo despojaron de su camioneta. Lo más triste es que lo mataron. No han agarrado a sus asesinos, dos.
El viacrucis de su familia es increíblemente doloroso, sin esperanza porque no encuentran a nadie que haga justicia y ayude a sus Hijos.
Dios habla. Dios realiza su plan de salvarnos de la maldad humana, del crimen. Es un prodigio de amor por los pobres pecadores.
Yo también recibí del Padre Dios este apostolado de llevarlos a su Hijo, "Jesucristo, nuestro Señor que, en su condición humana, nació del linaje de David”, para que escuchen su Palabra y sean colocados en el mundo de la salvación. Es la misma misión que realiza San Pablo con los romanos. Cómo deseo llevarlos a Cristo que viene en su natividad.
Dios planea su obra de salvación desde toda la eternidad y la realiza en su debido tiempo, la termina totalmente.
Para realizar su plan tiene que enviar a su Hijo a la tierra. Esto demuestra el compromiso serio de Dios.
Llega el ungido de Dios en el momento cuidadosamente planeado desde toda la eternidad. Todo está en su lugar y en orden.
Se ha cumplido el tiempo fijado por el Padre. La entrada de Cristo en la historia y los acontecimientos de la vida es grandiosa y triunfal y al mismo tiempo de una transparencia y sencillez conmovedora.
Lo anuncia el Profeta Isaías, con siglos de anticipación en una visión maravillosa y simple: “He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel”.
La narra San Mateo, quien no lo pudo aprender sino de la Virgen, Madre de Dios.
José se iba a vivir casado con María. Pero sucede que ella resulta embarazada. Un ángel explica el misterioso nacimiento, virginal, por obra de Dios.
“Ella ha concebido por obra del Espíritu Santo, dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque el salvará a su pueblo de los pecados” de los asaltos, las muertes, las injusticias. La virginidad es un valor sagrado ante Dios.
El mundo con sus comercios, pachangas, consumo desaforado te complica la vida y empaña tus ojos, te pierde en su torbellino y stress. Te embota la mente y te llena de ruidos. Te llena de ruido, te embriaga y deja sin reacción.
Te satura y no te deja lugar para Dios. Los sencillos y los limpios de corazón verán a Dios. Te extravía, no sabes cuál es el corazón de la fiesta de navidad. Por eso necesitas orientar tu vida con firmeza hacia la humildad, transparencia del Portal de Belén. Necesitas hacerte violencia y tomar el control sabio de tu vida. No te apapaches.
No te apartes de la sabiduría del Nacimiento. Haz de la cena de Cristo, la misa, el centro de tu noche santa.
Vacíate de cervezas y tonterías nocivas. La riqueza del nacimiento es interior. Esto te permite percibir y buscar los verdaderos tesoros que hacen de navidad la noche más bella.
El camino es el recogimiento, el contacto con la Palabra de Dios en la Iglesia, la oración, el amor que es servicio a los pobres y desdichados. Es camino de ayuno, austeridad.
No corras tras los placeres del cuerpo que decepcionan, manchan, destruyen. Vence el encanto seductor de los demonios.
Vive intensamente. Conviértete, prepara la venida de Cristo en este navidad. No te distraigas, no te satures de cosas de la tierra, espera a Cristo.
Para platicar en familia. En la familia, resiste a los egoístas, creídos que se la dan de mundanos y solo quieren fiestas locas, acércalos a la felicidad de Cristo.