Controlar (dominar) a México/Santiago Heyser Beltrán
En febrero de 1924, como una estrategia para controlar (dominar) a México, el exsecretario de Estado en USA, Robert Lansing, escribió a William Randolph Hearst, millonario dueño de periódicos:
Permíteme aclarar, estimado lector que William Randolph Hearst (personaje exhibido en la película: “El Ciudadano Kane”) impulsaba una campaña en su cadena de periódicos para poner en la presidencia de México a un gringo y terminar así con la Revolución Mexicana que amenazaba los intereses de las grandes corporaciones norteamericanas, en especial las petroleras.
Cito a Lansing en su misiva: "México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente.
Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la misma Presidencia. Y sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos, y lo harán mejor y más radicalmente que lo que nosotros mismos podríamos haberlo hecho”…
Sin duda, con paciencia y salivita la estrategia se implementó, solo así puedo entender que un exdirector de Coca Cola haya llegado a la silla presidencial mexicana a servir de títere y comparsa a los güeros (mi expresión no es racista, es descriptiva; de hecho yo también estoy desteñido)… Bien, decía que poco a poco hemos visto como en México ocupan la silla presidencial esbirros de los gringos con acta de nacimiento de México, como Chente, que a instrucción norteamericana, en un acto de vergüenza nacional denigrando la investidura y poniendo a México en ridículo, le pidió a
Fidel Castro (qpd) que se fuera de México para no incomodar a George W. Bush, de mala memoria aquel famoso “Comes y te vas…”; también tenemos a Felipe, qué hoy goza las mieles de los “favores” otorgados a la familia Moruñio paseando en su yate, “Presidente” (entrecomillas), por llamarlo de algún modo, que tuvo el cinismo de ser cómplice (por acción u omisión) en el contrabando de armas llamado: “Rapido&Furioso”, operativo implementado por el gobierno gringo para armar a los narcos mexicanos; acción exhibida y documentada por la prensa norteamericana ante el silencio cómplice del gobierno Federal mexicano que no se atrevió a tocar a los delincuentes institucionales gringos ni con el pétalo de una investigación, menos una denuncia o solicitud de extradición para juzgarlos en México, sabiendo que dichos funcionarios estaban comprobadamente involucrados en actos delictivos en contra de la nación y en complicidad con el narco en México.
Ya del último poco que decir, es vox populi el nivel de corrupción personal, familiar e institucional que corroe al gobierno de un títere tricolor de los Estados Unidos de Norteamérica. EPN hoy lo exhiben los correos en donde Hillary Clinton presionó para que se realizara en México la Reforma Energética, se ha dedicado a servir a los intereses ajenos a México, el trato de estadista a Donald Trump después de que profirió injurias y amenazas contra México y de las acciones racistas y xenófobas contra los migrantes mexicanos fue vergüenza nacional e internacional. Y es que el presidentito de México, comparsa de los gringos, le dio trato de amigos y lo elevó, siendo candidato, al nivel de jefe de Estado en lo que ha sido un acto injerencista del gobierno de México que abre la puerta a que los gringos intervengan abiertamente en nuestras elecciones (ya lo hacen y lo han hecho en forma velada), pero la culpa no es el indio, sino del que lo hace compadre y los mexicanos callamos ante elecciones fraudulentas, todas, con candidatos de pacotilla, todos, presentados por instituciones que son vergüenza nacional: Los partidos políticos, todos.
¿Qué sigue si los mexicanos continuamos apáticos, cobardes, acomodaticios, desinformados y comprados por una despensa en tiempos electorales?, simple, la dieta de ajo y agua: a joderse y aguantarse con gobernantes al servicio de intereses mezquinos de parientes, de sus cómplices, de compañeros de partido, de los cuates y de intereses ajenos a México, mientras los güeros meten más la mano en México y nos dominan ¡El problema no es Trump, somos nosotros!… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador