Nudo gordiano
Una cruenta guerra deja como saldo una cantidad impresionante de muertos en nuestro país, la sangre corre al igual que la marca de las ejecuciones bajo el signo del crimen organizado, no recuerdo algo similar en los últimos sexenios.Ha sido un precio muy alto el que se ha pagado, la intención del gobierno federal fue adecuada pero las formas, las estrategias y la táctica no han resuelto el grave problema de la inseguridad, los efectos los padecemos a diario.Toda esta marejada de violencia como ocurrió con el caso del Casino Royale en Monterrey o los muertos apilados en Veracruz dan cuenta del temible momento. Ante la magnitud de los hechos no se puede ser optimista, no se trata de subirnos al tren del pesimismo, solo que hacen falta otras recetas, otras fórmulas y otros diseños que de verdad aporten soluciones, de lo contrario los responsos, muertos y más sangre continuarán como parte inherente de nuestro paisaje urbano.En Veracruz la cantidad de muertos ya es descomunal, se ha involucrado el gobierno federal para combatir los índices de inseguridad tan ofensivos que han reflejado el nivel de infiltración de los delincuentes en esferas gubernamentales.Tal parece no existen antídotos para combatir al crimen organizado, se registran intentos, creo que el presidente Felipe Calderón hizo bien en decidir una cruzada contra el hampa sólo que sus procedimientos no han reportado los resultados esperados.Se detiene a los delincuentes pero parecen brotar más, se observa como un problema irresoluble por más que los discursos digan lo contrario.El estado detenta el monopolio de la violencia legal, pero en la práctica los poderes fácticos hacen la ilegal, lo cual orilla a niveles alarmantes de una descomposición del tejido social. La protección de los derechos fundamentales está en riesgo ante el correr de sangre que no se detiene, el vendaval ha sido imparable.El crecimiento de drogadictos ha sido exponencial en nuestro país, los últimos años así lo reflejan, ya no es nuestro territorio el tránsito obligado para llevar tales venenos al vecino país del norte, ahora el consumo está arraigado, ello propicia una larga lista de males todos enfocados a la delincuencia.Sin duda, el combate a la delincuencia representa el gran nudo gordiano, el asunto que debe ocupar es cómo desatarlo.