Selección de candidatos, oportunidad estratégica de los partidos
Por disposición de la ley el próximo martes 17 de este mes iniciará el proceso electoral en Michoacán para elegir Gobernador, Diputados y Ayuntamientos. El inicio de este proceso está precedido de una serie de problemas y manejos poco favorables que le generan una importante cantidad de amenazas, que de no tomarlas en cuenta, podrían resultar en consecuencias negativas para la entidad.El primer problema que se afronta es la composición misma del Consejo General del Instituto Electoral de Michoacán, que desde siempre, el PRD ha cuestionado e intentado renovar por todas las vías, desde las legales hasta las políticas, sin lograr conseguir su remoción, pues el propio Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió que la actual integración debe continuar hasta la conclusión del proceso electoral en noviembre, pero ello no va a impedir que constantemente cuestione la actuación del Consejo General, por lo que éste debe tener mucho cuidado en su proceder para no dotar de herramientas a los partidos políticos.El segundo aspecto que se constituye como una amenaza del proceso electoral es precisamente la falta de reforma a la Constitución Política local y la consecuente reforma al Código Electoral, que tenían que ser reformados para adecuarse a las normas previstas por la reforma electoral federal de 2007 que prevé mecanismos diferentes a los de la legislación local, y que van a derivar en una serie de cuestionamientos de los partidos políticos que terminarán siendo resueltos por el Poder Judicial Federal, vía su tribunal electoral, lo que ocasionará desgaste e incertidumbre a los michoacanos, pues tales definiciones judiciales tardarán mas de lo normal.Otro aspecto a destacar que desde muchos ámbitos se ha dicho que constituirá una amenaza seria al proceso, es lo relativo al fenómeno de la inseguridad. Mucho se habla de que el proceso electoral se debe blindar ante la amenaza de organizaciones de la delincuencia organizada e, incluso, el órgano electoral, el tribunal electoral y los partidos políticos se han manifestado en ése sentido al grado que organizaciones civiles han instado al gobierno y a los partidos políticos para que limpien sus procesos internos y no permitan que existan candidatos vinculados con este tipo de actividades.Cierto es que personas ligadas a cualquier actividad ilícita, sea de la naturaleza que sea, no deberían ser candidatos de ningún partido políticos. Pero no sólo de este tipo de personas se deben blindar a los partidos, también lo deben hacer de aquellos que, sin estar ligados a este tipo de actividades, constituyen candidaturas negativas no sólo al partido en si mismo, sino al sistema democrático pues sus antecedentes internos tampoco podrían producir aval alguno.Entonces la reflexión es: ¿Cómo blindar los procesos internos?, ¿Que tipo de candidatos deben presentar los partidos?, ¿Cual debería ser su perfil para que la sociedad y el electorado en lo particular puedan acudir confiadamente a la urnas a votar por ellos, sabiendo que no defraudarán ni a sus partidos en lo interno, ni al electorado en lo externo?Pues pareciera entonces que no basta con ser un militante o simpatizante de larga trayectoria y ampliamente conocido, sino además, acreditar que tal trayectoria, no importa de cuanto tiempo sea, haya producido al partido beneficio directo y, sea una persona, conocida de buena manera, es decir, que se le reconozca como persona de buena conducta, honorable, sin vínculos cuestionables, ni alianzas inconfesables, con experiencia y probada capacidad en los temas relacionados con el cargo para el cual se postula.Por otra parte, el candidato, para cualquier puesto y nivel, debe prestigiar al partido y ser persona con capacidad para el diálogo, para el trabajo, con sentido de pertenencia a la comunidad, con la suficiente tolerancia para no quebrar los acuerdos sociales que se deben forjar desde el poder público.Así, un candidato o candidata plenamente reconocido por la comunidad como una persona de bien; con compromiso partidista evidente; con sentido de pertenencia y compromiso para el desarrollo de la comunidad; con buen sentido de las cosas y sin vicios o alianzas indebidas, podrá ser merecedor de una candidatura partidista que pueda ser respaldada por la sociedad que hoy, está urgida de buenos gobernantes, de buenos representantes populares. Y aquí cabe la reflexión para los partidos políticos de generar una profesionalización de carrera política, si ya en este tema le entro el ejecutivo, ahora el legislativo en Michoacán, por que los partidos no?De no hacer estos ejercicios necesarios, los partidos políticos perderán la oportunidad de recobrar la confianza ciudadana.Esperemos que las amenazas, tan evidentes hoy en día, para el proceso electoral se conviertan en puntos de partida para arribar a escenarios promisorios y que sean los partidos políticos como autores principales los que hagan uso de la razón colectiva para cambiar el estado de cosas que hoy prevalece, desde, luego siempre con la ayuda de la autoridad electoral y acción de la sociedad civil..