?Noruega vs Afganistán?
No me cabe duda, estoy en contra de la violencia, sin embargo.... Este fin de semana fuimos sacudidos por un acto de terrorismo en Noruega, el primero en su historia. Cito al periódico Pagina 12 de Argentina: “Una devastadora explosión de una bomba se escuchó en todo el centro de Oslo, matando a por lo menos nueve personas en lo que parece ser el primer ataque terrorista llevado a cabo en la capital noruega.”Las autoridades niegan que sea un acto terrorista (así lo negaban los españoles ¿recuerdan?, como siempre lo ha negado el gobierno de México) y tratan de ligar el incidente con un atentado contra la población, realizado por un noruego que está descontento con el sistema.Para el análisis en el presente artículo, voy a partir de la premisa de que sí es un acto terrorista y validar la versión de que este acto tiene relación con la participación de soldados noruegos en la fuerza multinacional que reside en Afganistán, es decir, que el atentado terrorista que costó nueve vidas, no es un acto de la casualidad, sino de la causalidad, mismo que tiene su origen en la “intervención” arbitraria, aunque la avale la ONU (controlada por los Gringos), de fuerzas armadas extranjeras en Afganistán.Por un momento imaginemos, lo que no es poco probable, que los soldados de fuerzas de ocupación en Afganistán, les da por “divertirse” el fin de semana y que derivado de la “diversión” terminan violentadas las personas y agredidos los ciudadanos. O que como resultado de operativos orientados a capturar terroristas, son asesinados civiles afganos, los que, como es usual, se registran como bajas colaterales. En ese entorno, un hijo al que le matan a sus padres o un padre cuyo hijo es asesinado cual estudiante del ITESM en México; o un marido cuya mujer es golpeada y violada, como también pasa en México ¿Qué opción tendría?...Como expresé al inicio de este artículo, estoy en contra de la violencia, nacional o internacional, ya que estoy convencido de que la persona humana tiene la capacidad de razonar y comunicar y conciliar, antes de llegar a la violencia. Sin embargo, ante hechos consumados de violencia, como los que se dan cuando fuerzas militares de ocupación se asientan en un territorio, las personas tienen como alternativa la frustración, la tristeza, la sensación de impotencia o la venganza… Si el acto de terrorismo realizado en Noruega, símil de los que realizan los árabes en contra de los invasores israelitas, tiene como motivador la venganza, es decir, un acto de violencia injustificada, previo; cabe preguntar quién es más culpable, si quien inició la invasión y la agresión, o quién en forma irracional responde a la violencia recibida con violencia.En un mundo, donde la violencia es la excepción, podemos aspirar a que los eventos violentos sean resueltos a través de la penalización institucional, de las leyes y sistemas judiciales. Muy diferente en un mundo donde la violencia es la constante y en donde las personas violentadas tienen que sumar al dolor recibido, la frustración de ver cómo, con impunidad, el agresor es justificado o exonerado (como Godoy Toscano en México o como los soldados que asesinaron a los estudiantes del TEC de Monterrey o los soldados en invasiones) dando rienda suelta a un sentimiento de impotencia que deriva fácilmente en sentimientos de venganza.Es en este sentido, que, si mi hipótesis es cierta y el atentado en Noruega tiene como fondo la intervención de Afganistán con soldados noruegos, que ya no veo tan injustificada la respuesta violenta. Pedir a quién es sistemáticamente violentado, que responda con cordura y perdón, está bien para las religiones, pero no para la respuesta emocional de personas, que cada vez más, estamos regresando a respuestas instintivas cuando las respuestas construidas por la cultura social (leyes, gobierno, jueces, instancias internacionales, sentencias, etc.) son ineficaces e insuficientes. En este entorno, ¿Por qué agredir a la población civil, cuando la agresión la realizan las fuerzas armadas? En mi opinión, a partir de la frustración e impotencia que tiene como cimiento el reconocer la corresponsabilidad que tiene un pueblo (un ciudadano), respecto a sus fuerzas armadas. Es decir, el ejército noruego en Afganistán, es responsabilidad del gobierno que le envió, mismo que representa al pueblo que lo eligió, el que con sus impuestos financia al ejército invasor…Con esto en mente, bueno es reflexionar sobre la corresponsabilidad que tenemos los mexicanos respecto a las acciones que realizan nuestras fuerzas armadas, mismas que quieren ampliar con la Ley de Seguridad Nacional nuestros congresistas (lo que no comparto). No olvidemos, nuestros soldados y marinos viven de nuestros impuestos y son comandados por quienes nosotros elegimos, o creemos que elegimos como gobernantes, lo que no nos exime de ser corresponsables; finalmente representan a México… ¡Aguas!Un saludo una reflexiónSantiago Heyser BeltránEscritor y soñador