¿Negociación Política o Robo?
Robar: Tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea. Si el ISSSTE o la Lotería Nacional son del pueblo, disponer de ellos para pagar favores políticos, es robo. No importa si lo hago dando continuidad a un compromiso del anterior Presidente, al que tengo que solapar ya que dispuso de lo que no le pertenece, porque soy cómplice.Por cierto, justificar un robo argumentando que lo heredó, es una cobardía, además de ser una justificación idiota de quién así se quiere lavar las manos.Llámale por su nombre; así reza una campaña del Consejo Nacional de la Publicidad, y lo comparto, como comparto lo expresado por Rafael Cardona a Pepe Cárdenas: “El querer hacer auditorias al ISSSTE o tratar de ver a donde ha ido lo robado, es una cortina de humo.” Que nos han robado, lo sabemos, cosa de ver lo que tiene la maestra, ganado con el sudor de su,… frente, con un sueldo de, de maestra. Y citando al clásico: Que nos volverán a saquear ¡Lo sabemos!, para eso, como nos describía el maestro Ríus, somos SuperMachos (o SuperPendejos)El quid del asunto, entonces, no es saber si nos saquearon y nos volverán a saquear, el quid es conocer si tenemos un presidente ladrón; y tiene lógica: si tenemos un presidente ladrón, es obvio que el sistema de fiscalización estará amañado para proteger a quienes, con su aval, ocupan posiciones (en el ISSSTE en la Lotería Nacional o en la SEP) y disponen de recursos públicos para robar… Por lo que no se les tocará ni con el pétalo de una denuncia.¡No!, no estoy acusando a ningún peloncito, chaparrito y de lentes (Espino –dixit-) de ser ladrón ¡Líbreme Dios de tamaño despropósito!, para eso están los juicios y los jueces; esos a quiénes el hipotético ladrón acusa de deshonestos por no aceptar como pruebas, las mismas que la ley descalifica por haberse obtenido de manera ilegal.Lo que sí debemos es entender; por lo que la pregunta correcta es: ¿Porque casi todos nuestros gobernantes son ladrones?; la respuesta: porque pueden.¿Se acuerdan de cómo se perdió la Partida Secreta con el Chupacabras? ¿O los negocios como proveedores e intermediarios de Pemex? ¿O el Ferrarí del funcionario de la CFE, acusado de tranza en USA? ¿O los permisos de casas de apuestas que agraciadamente concedió Creel como Secretario de Gobernación? ¿O el dinero de Pemex que fue a la campaña presidencial de un político que hoy es Senador? ¿O el dispendio con proyectos del Bicentenario? ¿O las tranzas en el DIF en Guanajuato? ¿O las reestructuraciones de deuda en Michoacán, con el aval de Lalo Sanchez?... Sin que pase nada.Yo tengo una teoría, además del incentivo que es la impunidad, en la cultura del mexicano, robar como funcionario es normal y no se ve como pecado, de hecho, hasta pueden sentirse “Próceres de la Patria” si roban por una buena causa; de tal manera que pueden decir en red nacional y a todo color: “La herencia que quiero dejar a mis hijos, es mi nombre…”, como dijo en entrevista televisiva el Señor que dispuso de las instituciones para pagar compromisos políticos que había adquirido la anterior administración; a partir de la convicción de que el mandato constitucional que protestó, al jurar servir a la República, lo obligaba a dar continuidad a trapacerías en perjuicio de la Nación... ¡Bonita herencia!,… o simplemente cinismo.Y es ahí donde radica el problema ético de México, los políticos y gobernantes, de todos los colores son cínicos, al robar sienten que obran bien; ya que justifican su robo argumentando que es por el bien de la Nación. Lo que me trae a la mente el caso de aquel funcionario del gobierno de Guanajuato que dio instrucciones de incrementar los costos mediante sobrefacturación, es decir, si el bien o servicio vale 100, factúrame 300 y me regresas 200, así tu ganas con el contrato y yo gano con el excedente (Obvio, si no lo haces no hay contrato). Uno de los subalternos reclamó diciendo: ¡Lo que me pide es robar!, a lo que el jefe contestó: es necesario hacerlo, de otra manera no tendremos dinero para hacer campañas y entonces, regresarían los ladrones del PRI al gobierno.Lindo argumento, ¿no crees estimado lector?: Voy a robar para que no gobiernen los ladrones. Así ni como alegar; ante tanto esfuerzo, a los del pueblo, a los de a pie, a la raza, no nos queda otra más que entender el sacrificio que obliga a estos sufridos funcionarios a robar, con el noble propósito republicano de salvar a México de quienes roban… Ya si de pasadita les sirve para mejorar su nivel de vida y el de parientes hasta por cinco generaciones o les da para comprar equipos de futbol en España o para obtener un 0.56% de votos adicionales y así ganar la presidencia de la república, pues justo premio al esfuerzo por la Patria.Quiero cerrar el presente artículo con un corolario: En la política mexicana no se roba, se hacen negociaciones políticas, por lo que el que roba no es ladrón, es estadista. Así de sencillo, ¿verdad Felipe?Un saludo una reflexiónSantiago Heyser BeltránEscritor y soñador