Rueda de Molino
No a perfumados, pero tampoco a inoperantes A muchos movió a risa cuando el gobernador Fausto Vallejo Figueroa anticipó que en su equipo de trabajo no habría lugar para “perfumaditos” y sí en cambió alardeó que estaba y sigue en busca de los “mejores perfiles” para que en todas las áreas se haga la tarea con profesionalismo político y sapiencia administrativa. Eso por supuesto debe involucrar a quienes integran el staff de “operadores políticos” que en apenas un mes de gestión vallejista, han demostrado que aún les tiemblan las corvas o, por lo menos, no muestran firmeza en el manejo de los “conflictos sociales” que inducidos o no, han salpicado de interrogantes a los gobernados quienes siguen esperando mucho de la nueva administración y sus actores, sobre todo por aquello de la oferta que se haría “valer la ley y el estado de derecho”. Esto viene a cuento porque con el conflicto -prefabricado a todas luces- que generaron las hordas de agitadores que se dicen “estudiantes” de la Normal de Tiripetío, se dibujó un mal trazo de lo que debe ser la tarea de quienes están obligados a no dejar que los petardos estallen en el rostro del mandatario.“Operadores políticos” que mostraron por el contrario total incapacidad, temor, desinterés o, lo peor, cuidar proyectos personales de mediano plazo por aquello de la sucesión que comenzó desde el primer día del mandato corto que tendrá el actual gobierno.Cuidar la zalea a cambio de que los daños colaterales se fueran a la cabeza directamente y no a las extremidades, como cuando se “sacrificó” al entonces mandatario michoacano Eduardo Villaseñor Peña, quien sólo pudo soportar 21 días de presión y chantajes perredistas -con apoyo perverso de huestes priistas- que derivaron en su salida del mandato que por mayoría le había otorgado el pueblo michoacano.El oriundo de La Piedad no tuvo sosiego y en su corto transitar fue perseguido, acosado, agredido -incluyendo la marcha de cerdos por la principal avenida de Morelia- sin que nadie saliera al paso para “dialogar” con los iracundos perredistas que se decían objeto de un fraude electoral que nunca pudieron comprobar.Un desliz del entonces jefe de gabinete, Armando Ballinas Mayés, al intentar entrar a Casa de Gobierno echando literalmente encima la camioneta en que se desplazaba a las hordas instaladas en las afueras del inmueble, fue la gota que derramó el vaso y quitó de paso, cualquier posibilidad de que el jiquilpense pudiera ascender a la titularidad del Ejecutivo, como varias voces le habían hecho creer que sucedería ante “la inminente caída” que ya se anunciaba de Villaseñor Peña.Y así en menos de un mes se selló el cruel destino de un empresario que pretendió incursionar en política con muy buena voluntad pero poca malicia y la historia después de su derrocamiento, terminó sellada con su muerte física en desafortunado accidente, aunque la muerte moral ya había acontecido en ese aciago mes de octubre de 1992.No, líbrenos el Supremo, queremos que esto se repita, mucho menos que se desempolven viejas rencillas partidistas que se creen ya superadas. Pero sí es bueno retomar el antecedente por lo que ha acontecido en este incipiente arranque de gestión gubernamental y la similitud de acontecimientos desestabilizadores que guardan una y otra experiencia.A Eduardo Villaseñor Peña, la clase política del PRI, no le perdonó nunca que en una fugaz incursión partidista en menos de media década hubiera sido alcalde de La Piedad, diputado federal por el mismo distrito y saltara de ahí a la candidatura a gobernador impulsado por Luis Donaldo Colosio Murrieta, con quien mantuvo una estrecha relación empresarial y de amistad.Ese celo se vio “bien encausado” cuando surgió la posibilidad de no poder sentarse a gobernar –ni siquiera pudo entrar a Palacio de Gobierno- y su gestión fue itinerante debido precisamente a no contar con “operadores políticos” que le ayudaran a sofocar el fuego incendiario que amenazaba a Michoacán, con todo y que empresarios, sociedad civil y grupos organizados realizaran multitudinaria marcha “Por la paz”, desde la Plaza Las Américas hasta el centro de la ciudad, exigiendo respeto al voto y resultado electoral.En el caso de Fausto Vallejo Figueroa, no ha habido una sola semana desde que comenzó su aventura gubernamental, en que se pueda hablar de “sin novedad”. Por el contrario, han sido constantes los conflictos que surgen de aquí y allá, sin que se acabe incluso de conformar el gabinete legal y ampliado, lo que ha sido ya objeto de burla sarcástica por parte de quienes han regresado a hacer lo que saben con reconocida sapiencia: ser oposición.Y en este caso como en el de Villaseñor Peña los “operadores políticos” han brillado por su ausencia -no por Ausencio- al extremo que ha debido ser el propio mandatario estatal Vallejo Figueroa quien dé la cara a los medios, asuma la responsabilidad de sus actos a ejercer ante la sociedad y esté metido de lleno en una polémica que definitivamente no le correspondería.No al menos, si la lógica política imperara en el estado actual de cosas en una entidad atribulada y cuyos habitantes ya no saben para dónde voltear pues si no es el crimen organizado con sus descabezados y ejecuciones sin fin, es el secuestro de policías, emboscadas a los mismos, sin descontar ahora los amagues constantes del magisterio disidente con un Jorge Cázares resuelto a mantener privilegios y prebendas multimillonarias, a cambio de no descarrilar un mandato cuya cortedad de tiempo no da lugar a ensayos, mucho menos pruebas de afinidad o lealtad que está visto, no superarían muchos de los convocados al equipo.Pretender “cuidar choya” -como dicen los chavales- para no comprometerse y tejer alianzas aún con los desestabilizadores de profesión, es una estrategia doblemente peligrosa si se toma en cuenta que en línea de espera habrá por lo menos otros tres prospectos a saber –Víctor Silva Tejeda, José Ascención Orihuela Bárcenas y Alfredo Anaya Gudiño- quienes en definitiva no van a jugar el papel de “tontos útiles” a favor de quien está obligado a conducir la política interna en estos momentos.Si los actuales “operadores políticos” no dan muestra de que saben hacer su tarea, deben estar seguros que por igual su espacio, opción futura a corto o mediano plazo, estará cancelada y con merecimientos propios, obtenidos en el campo de la deslealtad, la simulación y el engaño a quien obligadamente deben “servir” -y bien- por haberles entregado la confianza para estar al frente de tan delicada misión.Generar conflictos -de manera artificiosa- para luego “apaciguarlos” y ganar aplausos, aumentar puntos en la carrera por la sucesión, no podrá ser tan fácil.Menos aún si como se ve, los opositores siguen en su tarea depredadora para con ello montar cortinas de humo y se busque así aminorar el impacto brutal que significa conocer un día sí y otro también cómo se dejaron quebrantadas las finanzas públicas, con la complacencia de quienes tienen en sus manos el instrumento jurídico, la aplicación de la ley para devolver a los michoacanos lo que les pertenece al margen de las pugnas politiqueras y las perversidades políticas: la paz social y el desarrollo extraviado.Y sí, es cierto, Fausto Vallejo es un animal político en toda la extensión de la palabra al que no se le podrá “chamaquear” tan fácilmente como al entonces bisoño Eduardo Villaseñor Peña, pero la pregunta es si está dispuesto a experimentar por mucho tiempo si dan o no resultado los invitados al equipo de gobierno -ya no digamos con o sin merecimientos porque de todos hay, incluyendo traidores y vende causas priistas- sabiendo, como sabe, que su cabeza es la que está en riesgo y no tiene más plazo que el marcado por un reloj contando en su contra.Vale…