Rueda de Molino
-“¿Por qué la dirigencia nacional del PRD, senadores, diputados federales y hasta cuadros históricos de su partido nunca hicieron causa común con el gobierno de Michoacán, para protestar por el estrangulamiento financieros y demás agresiones sufridas desde la federación durante los últimos cuatro años?”. -No lo sé… tal vez obedezca a que una parte de la dirigencia nacional -los Chuchos- se molestaron cuando fui el primero en oponerme a una alianza con el PAN como la pretendían fraguar para Michoacán, pero lo hice por convicción partidista y porque no podemos ir con quienes han pretendido cambiar el rumbo ideológico del partido uniendo a la izquierda con la derecha… De esta forma fue el planteamiento realizado en corto al mandatario Leonel Godoy Rangel por quien esto escribe y la respuesta recibida en una reunión reciente donde el también fundador del PRD se mostró convencido de su accionar en esos momentos decisivos para la historia del partido en la tierra donde surgió. Y con el compromiso de sostener en próximos días una plática más amplia donde se podrán abarcar éste y muchos otros aspectos más del encono federal que ha debido sortear quien sólo ha tenido como culpa no claudicar en sus ideales y convicciones partidistas, nos quedamos con el registro de una percepción personal que sin embargo es pública y notoria ante el desapego, menosprecio y valemadrismo con que Jesús Zambrano, ahora y antes, Jesús Ortega, asumieron su papel de dirigentes nacionales sin “defender” al partido y gobierno que aún tenían en Michoacán. Difícil sin duda para un político como Godoy Rangel aceptar que quienes hoy son usufructuarios -¿mercaderes?- de un esfuerzo colectivo que costó muchas vidas para consolidarse, se hayan apartado de los principios doctrinarios que le dieron origen y hayan prostituido a ese extremo un proyecto que se pretende seguir vendiendo como de “izquierda” cuando lo único que buscan -por lo menos en su cúpula- es obtener prebendes personales y de grupo, al amparo de sucias componendas y venta de ideales. Algo que sin embargo no es motivo de “protesta” de quienes aún se dicen defensores de un proyecto de “izquierda” que conocen y saben perfectamente ha sido entregado en este sexenio como nunca al gobierno federal panista sin rubor alguno, pero sobre todo, sin asumir la responsabilidad que se supone les debe atañer si se toma en cuenta que es la “bandera ideológica” con la que siguen buscando engañar incautos no sólo en Michoacán, sino a lo largo y ancho del país. El agresivo comportamiento de un gobierno federal –como nunca en la historia de este país, ni cuando la hegemonía del poder presidencial omnipotente- ha dejado solo, sin más defensas que sus argumentaciones y firmeza en el manejo de su responsabilidad a alguien como Leonel Godoy Rangel quien dicho sea de paso no dará concesión alguna en estas condiciones pese a los “fogonazos” a que seguirá siendo sometido desde Los Pinos. Sobre todo luego de sortear por igual el “fuego amigo” que la tribu de Silvano Aureoles Conejo -a las órdenes de Los Chuchos a quien les deberá ser diputado federal por la vía plurinominal- emprendiera recientemente haciendo eco al interés panista que desde la cúpula oficial de este país ha sometido los intereses colectivos de Michoacán a una intensa y desigual guerra mediática y convirtiendo el poder en perversa persecución política. En un recuento somero de acciones nunca, ni antes y mucho menos ahora, los Chuchos que mangonean lo que queda de PRD en lo nacional -si no que expliquen por qué Andrés Manuel López Obrador los mandó tácitamente al diablo y los mantiene alejados de su proyecto personal- asumieron una posición solidaria con los michoacanos –finalmente el daño colateral fue contra todo el pueblo y no sólo se llevó entre las espuelas al mandatario en turno- cuando los embates de la Federación se materializaron con el tristemente célebre “Michoacanazo” y mucho menos, con el estrangulamiento económico al que han sometido a nuestra entidad. Jamás una voz en la tribuna del Congreso de la Unión –incluyendo a los diputados federales del PRD por Michoacán, claro está- han hecho valer su trinchera para defender lo que le ha pasado a los habitantes que se supone representan, mucho menos al proyecto que como “izquierda” se presume enarbolan en sus ideales y por los que también llegaron a esa representación popular. Así las cosas no debe extrañar que en el momento más agudo del desencuentro del panismo federal con el perredismo estatal –comenzando el año un nuevo recorte de 500 millones de pesos operó desde el poder presidencial para dar el golpe de gracia al gobierno local- llegue a Morelia el insufrible Jesús Zambrano y abra su “rojillo” pecho para asegurar que “no se descarta que el PRD haga alianza con el PAN para los comicios extraordinarios en Morelia”. Marcado menosprecio hacia los perredistas que aún creen en eso de las ideologías partidistas, pero sobre todo, un reto agresivo en contra de la posición que por siempre ha defendido –y de ahí los enconos de que ha sido objeto- el mandatario Godoy Rangel. Lujo de cinismo que por igual obliga a conocer las reacciones de los “puristas” de uno y otro bando para conocer su posición pues que haya alianza entre partidos no es motivo de sorpresa, lo que llama la atención es el grado de promiscuidad al que pueden llegar por alcanzar intereses revanchistas y golpeadores, ignorando sentir de militancia y posibles simpatizantes. Antes del cierre de este despacho, el lance de Zambrano Grijalva dejaba entrever por igual que no confía en la fuerza que como “izquierda” tienen en la capital michoacana y es preferible prostituir -vender las siglas y el favor a Los Pinos- para de esa forma seguir gozando de las prebendas con que se han beneficiado durante todos estos años. Pero como al parecer Jesús Zambrano considera a los michoacanos minusválidos mentales, dejó correr la versión de que ha sido el PAN quien ha buscado concretar esta alianza, cuando debió decir que es parte del acuerdo y compromiso que tienen con el poder presidencial en busca de combatir juntos al que creen es el único objetivo a desbarrancar: Enrique Peña Nieto y el PRI en ascenso. Y si como dijo Cocoa Calderón -¿alguien podría explicarnos qué le ha pasado a su inteligencia política?- los pueblos tienen el gobierno que se merecen, dudamos mucho que los morelianos sientan que de un amorío entre PAN y PRD pueda surgir el que están necesitando. ¿O, sí? Por lo pronto y aunque aún se especula sobre la intromisión del poder presidencial para “convencer” a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para “recetar” en su salida un nuevo estacazo a Michoacán mediante el denominado “golpe de Estado técnico”, daremos cuenta de lo que serán los últimos 15 días de un atribulado gobernador que por defender su ideología y no vender causas partidistas al mejor postor, se le echó encima el aparato federal y no le dio tregua nunca durante su mandato que duró solamente cuatro años.¿MUERTE AL PRI DE LA SIMULACIÓN? Tal vez porque sea uno de los más cercanos pero de los que menos confían en que se reconozca finalmente el triunfo que obtuvo su ahora “jefe” Fausto Vallejo Figueroa -en las urnas y por decisión mayoritaria-, es que quien se ha asumido con mucha antelación como “víctima” de las decisiones de la dirigencia nacional del PRI, haya vuelto a mostrar su verdadero rostro y tire tarascadas al viento. Quizá obedezca por igual a que proclive como es a negociar lo que esté a su alcance -ya no puede ofertar “la estructura del partido” como lo hizo durante los últimos 9 años por lo menos- y se preste a hacer el juego sucio a los adversarios para con ello, de paso, cobrarse afrentas que siente haber sufrido en el pasado mediato e inmediato. El hecho es que quien mucho buscó la nominación y fue relegado por la actual dirigencia nacional del PRI, hoy salga a buscar cómo morder el trasero de quienes tienen esa postulación y orqueste –con las pocas fuerzas que le quedan aún- fuego pirotécnico en un intento por minar que crezca un proyecto que se sabe es respaldado por el propio Enrique Peña Nieto y del cual ha hecho eco Fausto Vallejo Figueroa. Porque lo conocemos y no de ahora, sino de hace muchos años, sabemos que no da paso sin huarache, ni declara sin pensar el efecto que busca provocar. Por eso es que podemos presumir que al despotricar en contra de la conformación de la fórmula para el Senado por el PRI, quien mucho alardeó llegaría a ser el próximo Secretario General de Gobierno en la gestión de Vallejo Figueroa, lo haya hecho luego de conocer información privilegiada y prefirió adelantarse para marcar territorio. Esto es que el vociferante sabe que puede no consolidarse el proyecto de Vallejo Figueroa y desde ahora patea el pesebre en el que va acunada una fórmula fraguada por el propio ex alcalde de Morelia o, dos; ya prepara su salida para imitar a cuadros nacionales del PRI que han preferido ponerse en la acera de enfrente y desde ahí buscar nuevos espacios políticos porque saben ya nos los encontrarán dentro de las filas del tricolor. En todo caso al de Huetamo le falta mucho, pero muchísimo, para intentar ser el Manuel Barlett Díaz de Michoacán, y si acaso con esta nueva estrategia apenas le alcanzaría para ser una nueva versión del “Juanito” de Iztapala. Y conste que existe el propósito sincero -por lo menos así manifestado por Vallejo Figueroa durante todo este accidentado tránsito en que se ha constituido el reconocimiento a su triunfo electoral por parte de las instancias “ciudadanizadas”- de concretar una “reconciliación política” con todos los partidos y actores. ¿Se imaginan de interlocutor con todos ellos y en su papel de jefe de gabinete a quien muerde a los de casa, qué confianza daría a los que son ajenos? Por lo pronto está evidenciado que su fuerza -que en efecto llegó a tener ante el desapegó que dio el PRI nacional al michoacano durante mucho tiempo- ya no es tal, que se ha quedado solo y que su juego manipulador comienza a cobrarle las facturas con el desprendimiento de gente que no hace mucho tiempo llegó a engatusar y utilizar como mercadería política. Pero como dice el pasaje bíblico, de todo hay en la viña del Señor… (hasta los que antes se la pasaban con el “Jesús” en la boca). Vale…