Piedra Angular/Leopoldo González
La CNTE quiere un gobierno de rodillas
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha conquistado, a pulso y en muy poco tiempo, el rechazo y la animadversión general, no sólo por el pliego de absurdos e imposibles que pidió en su jornada de lucha más reciente, sino por sus procedimientos de lucha poco ortodoxos, que hace años hartaron a casi todos en Michoacán.
Para colmo, los desencuentros verbales de la CNTE con el mandatario electo del Estado no han sido pocos y, por la forma en que han ocurrido, bajo un clima de tensión y crispación crecientes, no auguran tiempos de calma y racionalidad, de serenidad e inteligencia en reposo para la entidad.
En la más reciente de esas declaraciones, los dirigentes del magisterio no dejan lugar a dudas sobre la soberbia e insolencia de su comportamiento: le dicen al gobernador electo del Estado que “no le conviene proceder contra el magisterio”, y le advierten, en tono amenazante: “no se meta con nosotros”.
Si se tuviera que definir a la CNTE en términos ideológicos, se podría decir de ella que es un híbrido amorfo entre el anarquismo tardío, el izquierdismo infantil que tanto deploraba Lenin, un nihilismo radical que se sacia en la negación de todo y transbordos del golpismo guerrillero de los años 60, aderezado todo ello con una visión absolutamente sectaria y reaccionaria de la educación. Como se puede ver, un galimatías ideológico como ese, poco o nada puede aportarle ydecirle al mundo del siglo XXI.
Si se la pudiera definir de otro modo, tomando como base su mentalidad cerrada y su comportamiento real, la CNTE es una mezcla de catatonia ideológica y autismo político, que hace tiempo se separó de la realidad y vive de reproducir para sus adentros sus propias fantasías y un monólogo discursivo que a nadie convence, lo cual es prueba de los grandes equívocos y extravíos de su evolución reciente.
La CNTE, como se sabe, le niega cualidades y méritos a la Reforma Educativa que se implementa en el país: pero en los estados que controlano ha demostrado que su visión educativa sea la correcta; la CNTE interpuso, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), 26 recursos de amparo contra la Reforma Educativa y su eje fundamental, la evaluación: de todos, los perdió todos; la CNTE, dice ser un gremio preocupado por la educación, pero en los hechos es la encarnación visible del rezago y el fracaso educativo de la entidad, al situar a Michoacán en los últimos y peores lugares de la escala nacional.
En los días recientes, además de la organización Mexicanos Primero, varios otros organismos han llamado a los integrantes del magisterio a recapacitar sobre sus métodos de lucha, a hacer un ejercicio de autocrítica y mesura y, en fin, a que asuman un comportamiento propio de gente madura y civilizada. En uno de esos lances, hasta el dirigente estatal del PRD, Carlos Torres Piña, envió el mensaje de que el gobierno de su partido no se hará bolas con el tema de la educación, y aplicará la ley donde sea necesario.
Ante este panorama, de revanchas declarativas y fuegos cruzados, lo cierto es que al mandatario electo de la entidad no le queda de otra: si desea hacer un buen gobierno o un gobierno de excelencia, tendrá que comenzar por resolver a fondo el tema de la educación, que a su vez se vincula con la estabilidad social y la gobernabilidad política. Ponerse una sola vez “colorado” y no muchas veces “descolorido”, es la alternativa que aconsejan los clásicos y los no clásicos.