Piedra Angular/Leopoldo González
Curándose en salud
El candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al Gobierno del Estado de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, ya comenzó a exhibir ciertas debilidades y a colocarse en su tamaño real.
Luego de registrarse ante el IEM el pasado domingo, el abanderado del PRD conminó a sus seguidores a no provocar a sus adversarios, pues “si queremos rescatar al estado debemos tener capacidad de reconciliación”. Desde un punto de vista fonético, esto suena muy, pero muy bien.
Acto seguido, tras hacer un llamado general a “cerrar este capítulo negro de la historia de Michoacán”, el perredista enfatizó que en las próximas semanas “van a salir muchas cosas, y es entendible que me van a tirar a mí”... Eso dijo, ni más ni menos, el domingo soleado en que acudió a registrar su candidatura ante el órgano electoral. Sin embargo, para conocer la verdad y la consistencia de un discurso, necesariamente se tiene que acudir al bisturí del análisis.
Dejando de lado el contrasentido, sumamente extraño, de que un partido que ha hecho de la provocación su estilo de vida, llame ahora –en voz de su candidato más importante- a no provocar a sus adversarios, lo que más llama la atención de ese mensaje es el resto de las declaraciones del señor Aureoles Conejo, las cuales ameritan una reflexión de contexto.
RESCATAR AL ESTADO CON RECONCILIACIÓN.- Para creer que el señor Aureoles sinceramente desea rescatar al estado, primero habría que estar seguros de que él no es uno de los que forjaron su ruina, a lo largo de diez años de historia política y, acto seguido, tener el convencimiento de que ya no ve a la función pública como una función de depredación personal y grupal, porque ya –se supone- hizo una rectificación total de su estilo político, seguida de un arduo proceso de conversión. Si alguien le cree al señor Aureoles, ese ya no es asunto que se vincule con la ciencia política.
CERRAR EL CAPITULO NEGRO DE LA HISTORIA DE MICHOACÁN.- Las proyecciones y los estudios de prospectiva (pues se intenta cerrar un ciclo negro), siempre se acompañan de un conocimiento –así sea mínimo- del mapa retrospectivo en que fue anclado el capítulo negro que ahora se abomina, y que, por lo mismo, se intenta superar. Vallamos por partes: (1) Sólo puede cerrar el capítulo negro de una historia quien no haya tenido ningún grado de participación, de complicidad o de culpa, en la forja de esa historia; (2) Si genuinamente se busca cerrar un capítulo negro –lo cual, en principio, es bueno- la primera condición sería no ser parte de la negrura que ahora se detesta y, por consiguiente, asumir que ni en la visión ideológica ni en el equipo de campaña se ha convocado a ninguna otra negrura relacionada con la etapa que se intenta superar. Por tanto, si alguien cree que un catarro “constipado” se puede combatir con una gripe, o si piensa que no hay mejor antídoto para una inflamación de laringe que una neumonía, esos son ya fenómenos que se colocan por fuera del análisis político.
EN LAS PRÓXIMAS SEMANAS VAN A SALIR MUCHAS COSAS…- Por alguna razón, el candidato a la gubernatura del PRD dijo, textualmente, que en las próximas semanas “van a salir muchas cosas, y es entendible que me van a tirar a mí…”. ¿A qué se refería el señor candidato del PRD? ¿Qué sabe de sí mismo que no sepa ni acierte a entender cabalmente la sociedad michoacana? ¿Audios o videos comprometedores con algún impresentable? ¿Documentos inculpatorios? ¿A qué, exactamente, se refería el candidato del PRD?
Lo cierto es que el candidato del PRD está en su derecho de abrigar buenas, y muy buenas intenciones, para el estado al que aspira a gobernar. Pero una espesa sombra de duda, relacionada con el pasado de su partido, indicaría que las buenas intenciones no son como el discurso las pinta.