Justicia en todos los tiempos
¿Entre tantos crímenes, prácticas viejas de impunidad, actualmente detenciones, arraigos, absoluciones, el ciudadano de la base, el soldado raso, ve con claridad, se ubica en la interacción social? Es un hecho que acabamos sospechando de todo y a veces no entendemos nada o francamente no avalamos actuaciones de los responsables de conducir al pueblo y de impartir injusticia. Es el caso de la justicia aplicada a una personaje poderoso: se libera de varios procesos en un solo día y “la libra”, lo que no sucede ciertamente a los pobres sin influencias. Es el caso del ex gobernador que consignado y, anteriormente y entre nosotros, de los funcionarios públicos detenidos por nexos presuntos (lo que no quiere decir inexistentes) con el narco. Todos estos hechos crean confusión en el cuerpo social.No hay una posición imparcial, objetiva, conforme a la verdad, de quienes defienden a sus correligionarios. Es mi amigo Platón pero más amiga la verdad, sentenciaba Aristóteles. Es mi amigo el infractor de mi partido pero más amiga es la justicia. Muchos, a veces mañosamente, desvían la atención de dos puntos fundamentales: ¿es o no culpable, ha cometido un ilícito o no? Y el otro: procede aplicar la justicia de manera incondicional o no?Muchos no asumen la primera pregunta, no enfrentan los hechos objetivamente, sino que se refugian en consideraciones burdas: aducen que es linchamiento, persecución política.afirman, cuando les conviene, que se politizó la justicia. No se liberan de la conveniencia para decidirse honesta y valientemente a la culpabilidad o inocencia objetiva. A la segunda se responde no enfrentando la justicia como valor absoluto e inviolable. Presumen los cuates, los correligionarios de los acusados que éstos son inocentes, no se enfrentan al valor justicia sino que se amparan en leyes humanas, a las que hacen manita de puerco para sacar libres a sus acusados, se escudan en lagunas jurídicas y tergiversaciones. Después de todo, el problema es simple y claro. Todas las acciones proceden del hombre que se guía por la libre voluntad y la razón. Esta última es iluminada por Dios, en quienes viven su fe, el Ser supremo que es roca inconmovible, que se revela al hombre para guiarlo con sabiduría ya que lo creó por amor. Esta luz se expresa en valores y principios universales, absolutos, inviolables: persona humana, justicia, verdad, bien común. La justicia es una virtud y un valor absoluto que se aplica en todo tiempo, no es sólo para los tiempos puros electoralmente hablando. Si se afecta el capital político, tal vez algunos lo lamenten pero la justicia debe seguir su curso. Según algunos, en tiempos electorales la justicia no debe actuar. Es cierto también que con decisiones de justicia se pueden perseguir bienes colaterales, políticos, lo que es inaceptable moralmente.La justicia debe apoyarse en otro valor absoluto la verdad,“que nos hace libres” como afirma el Maestro. La culpabilidad y la pena que merecen dependen de un hecho: ¿cometió el ilícito o no? No dependen de la habilidad de los abogados para manejar la ley en beneficio de su cliente no porque sea inocente sino por su remuneración. La inocencia no depende de declaraciones de los jueces cuando éstos se equivocan o no tuercen la aplicación de la justicia. Sólo con la justicia absoluta se tutelan los derechos de la persona humana, que es el valor primero en la convivencia humana. De otra manera, se favorece a facciones de la sociedad y la acción se revierte siempre contra el cuerpo social, contra personas inocentes, sobre todo los pobres. Así se tutela otro valor de primerísimo orden, el bien común, que se debe buscar en la interacción humana por encima de intereses particulares y fácilmente mezquinos. Todos los ciudadanos tenemos el imperativo, el deber absoluto por encima de conveniencias de clarificar los problemas de justicia y decidirnos por este valor. Es sencillo, necesitamos formarnos bien el criterio por la educación en los valores religiosos, morales y éticos y actuar en todo con justicia, en el respeto a la persona, promoviendo siempre el bien común.Así terminaremos con las políticas de la impunidad y protección al crimen que nos indignan. Traeremos la anhelada seguridad, justicia, tranquilidad real y duradera. Es la operación hormiga, con nuestro pequeño trabajo empezamos a cambiar un mundo corrupto y la descomposición social.