Los Santos Inocentes del PRI
Este miércoles 28, día de los Santos Inocentes, la página de internet de Reforma amaneció con algunas noticias como que Humberto Moreira compartió con el FMI y con Grecia su “receta” para el manejo de las finanzas públicas, que AMLO incorporó a Paquita la del Barrio como vocera para su campaña amorosa, que el PAN reculó y designó a un candidato único: Martha Sahagún, etc. Así que cuando en algún lado leí que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) había anulado la elección para presidente municipal de Morelia, y con ello el triunfo de Wilfrido Lázaro Medina, pensé que se trataba de otra broma de las que se acostumbran en esta fecha. Sin embargo, no se trató de ninguna broma, sino de una muy real determinación de la Sala Regional de Toluca del TEPJF, dada a conocer en la madrugada de este miércoles.Este hecho permite varias lecturas. La primera, la frecuencia con que el TEPJF le enmienda la plana tanto al Instituto Electoral de Michoacán (IEM) como al Tribunal Electoral del Estado de Michoacán (TEEM). Ejemplos abundan: desde la restitución de la candidatura de Rosa Hilda Abascal por el PAN en el municipio de Zamora, hasta la restitución del triunfo en las alcaldías de Cojumatlán y Jiquilpan a los originales triunfadores, pasando por el reconocimiento al derecho de los indígenas de Cherán de elegir a sus autoridades por “usos y costumbres”. Habría que preguntarse, entonces, cómo toman sus determinaciones los magistrados del TEEM y los consejeros del IEM pues en muchos casos sufren un revés en la instancia superior.Independientemente de lo anterior, salta a la vista que los argumentos esgrimidos por dos de los tres magistrados de la Sala Regional de Toluca del TEPJF para adoptar la resolución de anular la elección de Morelia suenan muy endebles: los magistrados Carlos Morales Paulín y Santiago Nieto Castillo (presidente de dicha Sala y ponente en este caso) determinaron que influyeron en la elección la transmisión por televisión del cierre de campaña del candidato a gobernador del PRI-Partido Verde, Fausto Vallejo, en la que estuvo presente Wifrido Lázaro Medina, transmisión fuera de los tiempos oficiales que distribuye el IFE, así como la transmisión de la pelea de box entre Juan Manuel Márquez y Manny Pacquiao, una noche antes de los comicios, pues el pantaloncillo del púgil mexicano lucía el emblema del tricolor. La verdad es que esas razones no suenan muy convicentes.Otro hecho a tomar en cuenta es que pese a que estaba vigente la posibilidad de presentar un recurso de reconsideración ante la Sala Superior del TEPJF, el PRI estatal decidió no impugnar la determinación sino acatarla e irse a otra elección, en la que su candidato volverá a ser Wilfrido Lázaro. Esto deja ver que el tricolor no está muy seguro de ganar la reconsideración y que el hecho de presentar ese recurso daría mayor difusión a la posibilidad de que con los mismos argumentos se anule también la elección para gobernador. Ese es el verdadero temor del PRI en estos momentos.En cuanto al PAN, el candidato Marko Cortés festejó la anulación como si le hubieran reconocido a él como triunfador. Y lo único que hizo el TEPJF fue anular la elección, no reconocer el triunfo de nadie. Habrá que ver ahora si el senador con licencia y miembro del grupo cercano a Santiago Creel, se anima a contender nuevamente por la presidencia municipal de Morelia.En el PRD, el dirigente nacional Jesús Zambrano aprovechó la ocasión para demostrar otra vez su oportunismo y exigir que se anule también la elección de gobernador y se convoque a una nueva en la que no sean factores ni la “grosera intromisión de Felipe Calderón” ni la del crimen organizado. Al recurrir a los mismos argumentos esgrimidos por Silvano Aureoles para justificar su derrota, se le olvidó a Zambrano explicar quién garantizaría lo anterior: ¿lo podrá hacer el debilitado gobernador Leonel Godoy, a cuyo medio hermano, prófugo de la justicia, se le ha ligado con la delincuencia organizada?Por lo pronto, la determinación del TEPJF ha generado un cataclismo político de consecuencias imprevisibles en el estado de Michoacán.