La agenda del porvenir
Luego de la incómoda participación de Enrique Peña Nieto en la FIL de Guadalajara, el escritor mexicano Carlos Fuentes expresó su postura respecto a la necesaria condición que en el terreno cultural, por no decir intelectual, deben poseer quienes nos aspiren a gobernar. Hizo una comparación con quienes serán por varios años, los interlocutores del próximo presidente del país. Fue duro al señalar que EPN no contaba con el soporte para alternar dignamente con Barack Obama, Angela Maerker u otros mandatarios. Esta semana a los 83 años de edad, Fuentes viajó hacia el destino que no tiene retorno. No es el caso citar y enlistar su prolífica obra, la cual acredita la posesión de una inmensa capacidad creativa y de una visión muy especial de la vida. Galardonado en México y en el extranjero, CF deja tras de sí un enorme legado bibliográfico, así como una carrera diplomática y una larga lista de amigos destacados en diversos ámbitos de las ciencias, las artes y la política, tanto nacionales como internacionales. El día de su muerte, se publicó coincidentemente, una entrevista que concedió al periódico español “El País”. Asimismo, se publicó un artículo de su autoría en el periódico mexicano “Reforma”. Justamente, los contenidos de sus opiniones y aseveraciones se refirieron a la situación política en Francia y al fondo de las cosas en la actual situación nacional y sobre todo, a la ausencia de ideas y propuestas claras y viables en la oferta política de quienes están aspirando a gobernar al país. Escribió categórico que le preocupaba y le impacientaba que los temas de actualidad en el mundo estuvieran ausentes del debate de los aspirantes a la presidencia de México. Agudo como pocos, Fuentes hizo recientemente una comparación entre la calidad de los debates políticos en Europa y México. Obviamente, hizo un severo señalamiento al tenor de nuestro “debate”, impregnado de agresiones personales y carente de ideas y compromisos. Dueño de una singular facilidad comunicativa, el exembajador mexicano en Francia, se pronunció por elevar el nivel de las discusiones y por brindar mayor cantidad de información a los ciudadanos para que puedan asumir una apropiada decisión en las urnas. En suma, se refería y planteaba la impostergable necesidad de construir una “agenda del porvenir”, que en algo pudiera parecerse a la agenda que construyeron los franceses hace unas semanas. Si bien no alcanzó el Nobel de Literatura, como tantas veces se esperaba, su trabajo fue reconocido mundialmente y sus obras fueron traducidas a varias lenguas. De acuerdo a una reciente entrevista, estaba por empezar una nueva novela. Algunos de los personajes entrevistados tras su muerte, comentaron que su pérdida deja un vacío importante en las letras hispánicas. Fue autor de “La región más transparente”, de “La muerte de Artemio Cruz”, así como de “Aura” que generó mucha polémica entre grupos conservadores, encabezados por el también ya fallecido Carlos Abascal Carranza, quien no sólo prohibió a su hija la lectura de esa magna obra, sino que promovió el cese de la profesora que había encargado dicha actividad formativa.