La Influencia de los debates/Ana Brasilia Espino Sandoval
El lunes por la mañana en el noticiero de Carlos Loret de Mola, se hizo el primer encuentro entre líderes de los tres principales partidos políticos de México (PAN, PRI y PRD). Con este evento se marcó la ruta y el como serán las campañas políticas en el 2012.Con los tiempos acortados por la legislación electoral para las campañas electorales, con los topes de gastos, y, sobre todo, con la influencia de los medios de comunicación, las campañas electorales serán “mayoritariamente”; a través de los llamados debates.Si en el pasado reciente, en la elección de 2006, se pudo apreciar con toda claridad la influencia de los debates en la percepción del elector cuando, a pesar de la aparente ventaja de López Obrador, cuando éste dejo de asistir a uno de los debates organizados, en ese momento inició su decadencia en las preferencias electorales.Con el ensayo del lunes por la mañana en el que Moreira, Madero y Ortega hicieron los primeros escarceos de lo que será el tono y el modo de la contienda, se confirma que la ruta de la política estará trazada por los medios de comunicación y por la preparación para los debates.Hay analistas que señalan y afirman que Moreira ganó el debate del lunes en televisa, y que los otros dos presidentes no pudieron defenderse de las andanadas que les propinó el priista, sobre todo cuando éste les preguntó, con la foto de Calderón y López Obrador en mano, cual de los dos era el presidente para cada uno, y no pudieron responderle.Mas allá de esto, lo cierto es que en las campañas político electorales del 2012 no serán los presidentes de los partidos políticos los que debatan sino los candidatos y éstos serán los que deberán mostrar destrezas para esta tarea. La popularidad de cualquiera puede caer en una mala respuesta, en un mal planteamiento o en una mala pregunta durante el debate. Hay que recordar que en un debate el puntero en las encuestas se debe cuidar y los que van a la saga deben ser agresivos en grado superlativo, partiendo de la base que nada o muy poco tienen que perder y si mucho por ganar.Cierto es que desde ahora la estrategia de Moreira es y será influir el ánimo de los ciudadanos mexicanos refregándoles las cifras de pobreza y desempleo que se han generado durante las administraciones panistas.También está dentro de sus estrategias restregarles al PAN y al PRD su inmoralidad política porque a pesar de ser diametralmente opuestos hoy andan de idilio político. La idea es entonces meterle las cifras rojas del desarrollo a los electores y decirles que PAN y PRD son promiscuos políticamente. Sin embargo, como todas las vacunas, si no se aplican a tiempo y en la dosis adecuada, los resultados son ineficaces y vuelven a la enfermedad resistente a ellas.La estrategia debe plantearse bien y de manera oportuna. Los que aspiran a ser candidatos a cualquier cosa, desde ahora deben ir pensando como prepararse para ser eficientes en los debates, de lo contrario poco tendrán que hacer en las contiendas políticas.Recordemos que el elector es hoy un ente pensante y sin compromisos políticos indisolubles, que son fácilmente mutantes ante la expectativa que les puede representar un actor político mas o menos bien preparado y con buena presencia. Para las elecciones modernas lo buenos políticos ya no son del todo el prototipo a vender, sino cada día crecen más los buenos actores políticos que vendan imagen y confianza a través de los medios de comunicación.Los medios de comunicación saben de su influencia y de las reglas del juego electoral y pronto se adueñarán de los mecanismos mas efectivos para conquistar el voto popular que tanto buscan los políticos. Preparémonos para el debate, no sólo para asistir en caso de que seamos invitados, sino principalmente para escucharlo y discernir adecuadamente extrayendo de ellos las verdaderas idea y propuesta que mejoren el funcionamiento del gobierno y el entorno de la colectividad.Por lo pronto los dirigentes de los partidos políticos tienen mucho que preparar para ir a debatir, pues un debate no es un cuadrilátero en el que se suben a darse hasta con la cubeta, sino un espacio de reflexión y contraposición de ideas.