Violencia contra las mujeres
De acuerdo con el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de la Organización Mundial de la Salud, a partir de 48 encuestas realizadas en diversos países, se encontró que entre 40 y 69 por ciento de las mujeres encuestadas mencionaron ser objeto de exclusión o haber sido agredidas física o simbólicamente por su condición de mujer.Una sociedad que aspira al desarrollo, a la justicia y a la vida democrática institucionalizada no puede permitirse que la condición de género se convierta en una barrera que impida a la mujer tener acceso a la educación, a la salud, al trabajo o a la representación política; mucho menos permitir o solapar cualquier tipo o manifestación de violencia en contra de la mujer.Sin embargo, son los gobiernos quienes deben procurar y velar porque la condición de mujer no sea el pretexto para promover la exclusión y la violencia y, en ese sentido, hay que decir que Michoacán también se destaca por la falta de políticas públicas que den garantía al principio de equidad de género tanto en materia laboral como social, ya que al día de hoy todavía existe un rezago en las oportunidades laborales, educativas y de salud disponibles para la mujer en nuestra entidad.Para dar un dato al respecto, la primer causa de muerte en mujeres de la entidad es la diabetes con 1,700 fallecimientos anuales, que pudieran ser evitados si existieran políticas públicas locales que se ocuparan del problema brindándole a las mujeres del estado programas intensivos de prevención y atención médica oportuna.De manera paralela, también es necesario que no se permita, promueva o auspicie cualquier tipo de manifestación de violencia en contra de la mujer michoacana. Este es un problema que no puede considerarse menor ya que tal como lo indican las estadísticas del INEGI de cada 100 mujeres de 15 años y más, 43 han padecido algún incidente de violencia, física, intimidación o abuso sexual, por parte de su pareja o por parte de su jefe o compañero de trabajo. Esto se refleja en un incremento de la tasa de feminicidios en la entidad ya que en el año 2000 Michoacán tenía una tasa de 2.6, en 2010 la tasa se incrementó a 3.8.El rezago en materia de equidad de género y de prevención de la violencia contra la mujer en Michoacán es un fenómeno que se reproduce hasta en los lugares en que menos podríamos imaginarnos. Un claro ejemplo de ello es lo que sucede en el Despacho del C. Gobernador en donde, según el Diagnóstico de equidad de género e igualdad de oportunidades 2010 realizado por el Comité de Equidad de Género del Gobierno del Estado de Michoacán de Ocampo, laboran 183 empleados de los cuales el 50 por ciento son mujeres.Aunque pareciera ser que se ejerce la equidad de género en el Despacho del C. Gobernador, la realidad es que si se incorpora al análisis otros fenómenos como los ascensos o la segregación laboral, el personal femenino es el menos favorecido. En lo relativo al ascenso, se presenta una disparidad puesto que se han ascendido a un 67 por ciento más de hombres que de mujeres, y en lo relativo a segregación laboral, que es definida como exclusión y discriminación laboral, se encuentra que las mujeres son las más afectadas.No obstante, los datos que más preocupan son los relacionados con el hostigamiento sexual del que es objeto el personal femenino en el Despacho del C. Gobernador. Como se deja ver en el documento realizado por el Comité de Equidad de Género del Gobierno del Estado, casi el 20 por ciento del personal femenino manifestó haber sufrido presión para aceptar invitaciones a encuentros o citas no deseados fuera del trabajo; o bien, casi el 15 por ciento manifestó haber sufrido algún tipo de castigo, maltrato, cambio de área o departamento, asignación de actividades que no competen a su ocupación u otras medidas disciplinarias producto de haber rechazado propuestas sexuales.Lo que sucede en el Despacho del C. Gobernador es sumamente preocupante. Sin lugar a dudas es un reflejo de lo que sucede en nuestro estado, cosa que no debemos permitir. Definitivamente quien no pone orden en casa, difícilmente puede hacerlo en otras; sin embargo, es necesario que paulatinamente seamos los propios michoacanos quienes desterremos este tipo prácticas en perjuicio de la mujer.Por lo pronto, estamos a punto de comenzar un nuevo proceso electoral que concluirá con la elección de un nuevo jefe del Ejecutivo estatal. Esperemos que la misoginia no tenga cabida en este proceso y, ¿por qué no? que Michoacán tenga una gobernadora que vele y trabaje realmente a favor de equidad de género y en contra de la violencia sobre la mujer.