Turbulencia económica mundial
En los últimos días hemos sido testigos de una de las peores rachas del sistema bursátil mundial que se ha traducido en que las bolsas del mundo estén sufriendo grandes pérdidas, particularmente desde el pasado viernes 5 de agosto. A la par de ver cómo los inversionistas retiran su dinero, también se ha observado cómo respaldan su patrimonio con la compra de oro, cuya cotización rebasa ya los 1,780 dólares por onza.Esto quiere decir que los mercados financieros ven incertidumbre en las bolsas del mundo y, por ello deciden asegurar su dinero comprando este metal. Sin embargo, esta incertidumbre, junto con el desplome financiero se debe principalmente a lo que está sucediendo en Estados Unidos y otros países con relación a su deuda.Más allá de la reciente discusión que se dio en ese país, con relación al techo de endeudamiento, y de la baja calificación que le dio Standard and Poors, el verdadero problema de Estados Unidos es que registra una deuda muy elevada y un déficit que pone en riesgo su propia economía y la de muchos países.Actualmente, el vecino del norte se encuentra como estábamos nosotros en peores momentos durante la década de los ochenta en la que manteníamos un déficit en las finanzas públicas superior al 15 por ciento. Sin embargo, su deuda es por mucho mayor que la registrada en cualquier momento para nuestro país, midiendo contra el tamaño de la economía ya que, cuando el régimen priísta casi destruye financiera y económicamente a México, la deuda externa alcanzó el 60 por ciento del PIB, y la deuda total rondaba el cien por ciento. En la actualidad, Estados Unidos ya se encuentra por arriba incluso del cien por ciento, si se toma en cuenta la deuda total de su gobierno.Si bien es cierto que a nosotros nos tomó una década para ordenar el desastre que ocasionaron Echeverría, López Portillo y De la Madrid, también es cierto que a Estados Unidos le tomará por lo menos un periodo de tiempo igual.Ante ello, ¿qué debemos hacer en México? La respuesta es sencilla: debemos reconstruirnos, no podemos continuar en la misma ruta, necesitamos tomar las decisiones que por varios años algunos no han querido tomar. Estas decisiones son las reformas estructurales que necesita el país para permitirle atraer inversión de otras regiones, que nos permita ser más productivos e innovadores.Ante la perspectiva poco halagadora que hay para los Estados Unidos, México necesita comenzar a romper de manera decidida la dependencia económica que tiene con ese país. No nos podemos dar el lujo de decir: si a Estados Unidos le va bien, a nosotros nos va a ir bien. No lo podemos hacer porque la perspectiva es que, en los siguientes años, a nuestros vecinos del norte no les irá del todo bien, estarán muy ocupados tratando de tapar los hoyos financieros que abrieron con el excesivo gasto en que han incurrido los últimos 10 años.Si bien los problemas de deuda de México se encuentran en las entidades federativas, como es el caso de Michoacán, a nivel federal no tenemos los problemas que tienen nuestros vecinos. De tal suerte que nuestra principal preocupación debe ser el convertirnos en un país con mejores condiciones para la inversión, más seguro y más productivo, lo cual tendrá un efecto inmediato en el bienestar de los menos favorecidos.Principio del formularioFinal del formulario