Teléfono Rojo
* PAN y PRD se escinden y se rezagan * Ni unidos ganarían en julio próximo * La ausencia de Rojas con los priístas Las cosas se han complicado para panistas y perredistas en víspera de las campañas para las elecciones de julio. Su sueño dorado de hacerse del estado de México se topó con la unidad priísta y sus desacuerdos aliancistas, y a dos meses de las votaciones están en abierta desventaja. Las encuestas al comenzar mayo no dejan dudas: 47 por ciento de intención del voto para el priísta Eruviel Ávila, 17 puntos para el perredista Alejandro Encinas y 15 para el panista Luis Felipe Bravo. La desilusión en los partidos de Gustavo Madero y Jesús Zambrano debe ser grande porque se les han caído los escenarios uno a uno. Primero imaginaron llevarse para su sociedad a un priísta afamado y no convencieron a nadie. Luego apostaron por la división tricolor y no se dio. Más tarde desearon el desplome popular de Ávila y el alcalde con licencia de Ecatepec se fortalece día a día. Hoy los vencería con holgura a PAN y PRD aunque fuesen con el mismo candidato. FRACTURAS Y MAS FRACTURAS En Nayarit y Coahuila los escenarios son peores para panistas y perredistas. En Nayarit el movimiento de Andrés López ha escindido a la izquierda y bajo el amparo del PT y Convergencia ya hace campaña Nayar Marroquín contra el PRD de Los Chuchos. Contra el perredista Guadalupe Acosta Naranjo. Esto supone el resquebrajamiento de ilusiones porque la ex perredista y ahora candidata panista Martha Elena García se llevó una fracción del partido amarillo y ahora Marroquín arrastra con otra. También las posibilidades del PAN se han reducido porque, al margen de la popularidad de la señora García, siempre será mejor ir de la mano de la izquierda a competir solo. Y en Coahuila la alianza también se deshizo en beneficio del priísta Rubén Moreira, el poseedor de la mayor tendencia en las contiendas actuales: siempre arriba de 60 por ciento. Ningún contrincante por sí mismo llegaría a 20 por ciento de los votos. Con ese panorama, el panista Guillermo Anaya -el primer compadre del país- deberá hacer mucho para tener una participación decorosa. No pueden decir lo mismo el pejista Jesús González Schmall y el perredismo, cuyo papel es meramente testimonial. REUNION ROJAS-NAPOLITANO La llamada comida de la unidad priísta del martes encontró un problema: Francisco Rojas Gutiérrez andaba y anda fuera de México. La presencia en el restaurante de Polanco del coordinador del Grupo Parlamentario del PRI era importante porque le atañe parte de las presunciones de división. Las oposiciones panistas y perredistas lo advierten así: el PRI del Senado de Manlio Fabio Beltrones aprueba lo que el PRI de la Cámara de Diputados, el de Rojas Gutiérrez, rechaza. Carlos Navarrete y Josefina Vázquez Mota ponen como muestra de esa confrontación la reforma política, enviada a San Lázaro al cuarto para la conclusión del período ordinario. Pero no se debió a diferencias la ausencia de Rojas Gutiérrez. El mexiquense se encuentra en Washington desde el lunes a la cabeza de un grupo de diputados federales priístas y han tenido reuniones con funcionarios de primer nivel del gobierno de Barack Obama. Ayer se reunieron con varios parlamentarios y este jueves se entrevistarán en Washington con la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano. El temario es lógico: seguridad bilateral, tráfico de armas, migración y problemas en la frontera México-Estados Unidos.