Teléfono Rojo
Efecto dominó en el rompimiento de alianzasEn PAN y PRD pelean por los huesos segurosEgidio sucumbe ante la maldición de Eugenio El anti priísmo no nada más es resquebrajoso en el estado de México.Sucede en otros frentes electorales y para su desgracia donde las encuestas no le dan posibilidades de victoria.Así su cosecha será menor.En Coahuila el PAN y el ala chuchista del PRD han entrado a la rapiña.Los entenados de Gustavo Madero (en realidad Felipe Calderón) y Jesús Zambrano (en realidad Marcelo Ebrard) quieren los primeros lugares de las listas plurinominales para el Congreso y las regidurías.Los puestos son pocos y tratan de asegurarlos, dada su presencia marginal en las encuestas para la elección del primer domingo de julio.Sirvan estos datos:El panista Guillermo Anaya, quien va con el chuchismo y es considerado allá el primer compadre del país por haberse acercado a Calderón cuando éste ya era presidente electo, el sondeo más favorable le acredita 14 por ciento de intención del voto.Y el pejista Jesús González Schmall en ninguna encuesta rebasa el uno por ciento.Y RUBEN MOREIRA PARECE INVENCIBLEEse debilitamiento de la alianza PAN-PRD favorece al priísta Rubén Moreira Valdés.No han logrado debilitar su candidatura las críticas cotidianas de sus adversarios, incluidas las de Andrés López.Los estudios demoscópicos le acreditan tendencias superiores a tres a uno en cualquier fórmula.Los periódicos locales las publican con cabezas como la siguiente de Zócalo Saltillo: “Inalcanzable Rubén”.Según sus datos, Moreira Valdés se llevaría ahora 71.2 por ciento de los votos, seguido muy a la espalda por Guillermo Anaya con 11.7 puntos.Por ahora hay veda y las tendencias seguramente se modificarán en cuanto inicien las campañas.En un ejercicio diferente, el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) de Liébana Sáenz y Federico Berrueto preguntó si el PRI debería gobernar Coahuila o, por el contrario, llegar al poder otro partido.Las respuestas a favor del PRI fueron 70.9 por ciento, contra 20.4 por “otro partido”.Cuando se ven estas cifras, es entendible la rebatiña entre panistas y perredistas por estar en los primeros lugares de las listas plurinominales.Es asegurar hueso y salario del erario.EGIDIO ES VICTIMA DE SUS CAPRICHOSPara Egidio Torre Cantú no debió ser sorpresa cuando el general Ubaldo Ayala Tinoco le tiró la Secretaría de Seguridad Pública del estado.Cuando lo designó, antes de asumir el control del estado, su impulsor Eugenio Hernández Flores le preguntó sorprendido:-¿Estas seguro de lo que quieres hacer, Egidio?-Sí –le dijo él-; es una decisión.De esa forma marcó distancia de su antecesor y de quien de la noche a la mañana, y tras la deleznable ejecución de su hermano Rodolfo Torre Cantú, lo hizo candidato a gobernador con todas las encuestas de su lado.No le importó un antecedente de Hernández Flores: su experiencia con militares no había funcionado porque toman determinaciones al margen del mando político y se niegan a dejar el cargo cuando se les exigen resultados.Tal vez Ayala Tinoco tiene razón al acusar a Egidio Torre Cantú por faltar a su palabra de otorgar recursos suficientes, integrar una corporación profesional, incrementar salarios, mejorar el armamento y mil cosas más.Pero no ofreció frutos maduros.¿Dónde estaban las autoridades locales mientras Martín Estrada Luna El Kilo detenía camiones, secuestraba a los pasajeros, ordenaba las masacres y abría fosas aquí, allá y acullá para enterrarlos?Todo lo hacía a placer.Ido el general de la polémica, llega otro militar –Rafael Lomelí Gutiérrez- con la promesa de recibir medio centenar de policías para desplegar por carreteras y ciudades.Será un hombre de papel, pues antes Torre Cantú entregó la plaza a las fuerzas federales.Fue su compromiso con el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora.---0-0---NOTA: Consulte esta columna en www.telefonorojo.mx y www.telefonorojo.com.mx