Fascismo a la mexicana
El fascismo nace en la segunda década del siglo XX en Italia con Benito Mussolini, quien era partidario del Estado totalitario, fue un represor de los derechos de libertad de expresión, manifestación, reunión y asociación, perseguía y atentaba contra todas las luchas sociales o movimientos sociales, su propósito era evitar la expansión de los movimientos sociales y obreros en Europa.
En el fascismo, el autoritarismo, la violencia, la intolerancia, las conductas antidemocráticas eran los métodos para imponer la voluntad unilateral del líder fascista, para ello se auxiliaban de la propaganda y de los medios de comunicación, quienes generaban un clima de miedo, odio y rechazo a los que pensaran diferente, situación que era suficiente para justificar y “legitimar” el uso de la violencia contra los manifestantes u opositores al régimen.
En el caso de México, han existido gobiernos con grandes tintes fascistas, casos claros son los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez del PRI, cuyos mandatos se vieron pintados de color rojo (sangre) por la represión contra movimientos sociales estudiantiles, y en los que la Republica como forma de gobierno, la división de poderes y la oposición eran mera simulación, es decir, el Presidente en turno era omnipotente y autoritario.
Hablemos del presente, primero es necesario señalar que el Pacto por México es un acto en el que la “oposición” cede el Poder Legislativo al titular del Ejecutivo Federal, quien en realidad es el que legisla en el país. Con la firma de ese Pacto, la oposición parlamentaria y partidaria quedó eliminada, el Legislativo en realidad radica en el Ejecutivo, es decir, dos poderes radican en una sola persona. Sobre el Poder Judicial, se ajusta a la voluntad del gobernante en turno, por lo que no es factor de equilibrio en el ejercicio del poder.
Ahora que ya hablamos de que en México solamente existe la voluntad unilateral de Enrique Peña Nieto, traigamos a la reforma educativa al tema. He sostenido en diversas columnas que la Ley General del Servicio Profesional Docente tiene dentro de sus objetivos eliminar la relación colectiva (sindicatos) entre los docentes y el Estado, es decir, la ley en cita tiene como finalidad desmantelar las organizaciones sindicales con la clara intención de erradicar la lucha social, la manifestación y la protesta.
Por otro lado, hemos sido testigos de cómo la asociación Mexicanos Primero y Televisa, desde hace poco más de cuatro años han venido denostando a los maestros del país en los noticieros, documentales y programas de análisis, provocando rechazo de la sociedad hacia los docentes, al punto de generar odio entre mexicanos. Hoy, gran parte de los medios de comunicación, digitales, impresos y electrónicos, tachan de vándalos, delincuentes y equiparan a los maestros con los peores delincuentes del país.
Ahora bien, el día 23 de octubre pasado en el marco de la celebración del día del médico, Peña Nieto en su discurso señaló, “hay que asegurar que la atención no esté fragmentada. Debemos evitar duplicidades en la operación y en el financiamiento”, los que significa la extinción del IMSS, ISSSTE y del sector salud en los Estados, dando paso a un nuevo instituto de salud nacional, con ello, los doctores, enfermeras y administrativos se les modificará su modalidad de empleo (adiós a las plazas), se les contratará por periodos, igual que a los maestros que están a prueba para toda su vida laboral, pero además llevará aparejada la extinción de los Sindicatos nacionales y los locales, es decir, eliminar todo aquello que pudiera manifestarse o protestar. Pareciera que Mussolini se ha convertido en el asesor principal de Peña.
En el México actual vivimos nuestro propio fascismo encarnado en el gobierno priista de Enrique Peña Nieto, las prácticas autoritarias de Díaz Ordaz y Echeverría Álvarez nunca se fueron, la simulación de la existencia de una Republica y la división de poderes sigue vigente, en México no existe oposición, solo existe la voluntad unilateral del Presidente, la represión de las luchas sociales está más presente que nunca, la criminalización mediática de las luchas sociales son el pan de cada día.
Sólo en el fascismo se atreven a “defender” un derecho humano violentando otros, sólo un líder fascista se atreve a enfrentar derechos fundamentales entre sí, solamente el PRI y Enrique Peña Nieto se atreven a argumentar una supuesta defensa del derecho a la “educación” violentando los derechos de manifestación, expresión y del trabajo, sólo el PRI amenaza con detener salarios para evitar la protesta, sólo el fascismo a la mexicana da paso a leyes para violentar la manifestación, la expresión, la lucha social y los movimientos obreros.