Embarazo adolescente, problema social que amerita medidas urgentes
De acuerdo a las cifras del INEGI en nuestro país hay 5, 082,487 mujeres de entre 15 y 19 años de las cuales 11.96% ya tiene hijos , es decir 608,070 además cada año se producen aproximadamente 4250 nacimientos en adolescentes de entre 12 y 14 años.. Estas cifras seguramente son más altas si consideramos que no todos los embarazos llegan a término. Podemos afirmar empíricamente que en nuestra región hay una tasa posiblemente superior a la media nacional de embarazos en adolescentes.Las madres adolescentes enfrentan un riesgo superior de perder la vida debido al embarazo y el parto que el que presenta la población en general y sus hijos tienen niveles más altos de morbilidad y mortalidad. En México y en Michoacán el embarazo adolescente se concentra en grupos que presentan condiciones inadecuadas de salud en la madre y que no cuentan con apoyo y atención necesarios lo que sugiere que el riesgo de dar a luz antes de los 19 años no se debe sólo a razones biológicas sino también a las condiciones sociales en que se desarrolla el embarazo.El embarazo adolescente es un problema que afecta no solo a las personas y familias involucradas sino a la sociedad en su conjunto. El matrimonio y la maternidad precoces disminuyen las oportunidades de educación y trabajo futuros de las mujeres jóvenes. Además el embarazo temprano se asocia a una mayor fecundidad a lo largo de la vida.Los hijos de madres adolescentes hacen frente a un riesgo elevado de enfermedad, muerte, abandono y de quedar atrapados en el círculo de pobreza que pasa de una generación a otra. Finalmente la sociedad se ve afectada si las jóvenes que se embarazan no concluyen su educación, pues su contribución económica al país y a la familia es probablemente menor y la sociedad no se beneficia tanto de la inversión hecha en su educación.Las causas del embarazo adolescente están determinadas por factores socioculturales y psicológicos. En sectores amplios de la población michoacana, por ejemplo la rural y marginal urbana donde el embarazo temprano es más frecuente, la maternidad forma parte del destino social de la vida de las mujeres y en muchas ocasiones es la única forma de valoración social de que disponen. Por el contrario en las zonas urbanas la mayor parte de las adolescentes tienen expectativas de educación o de empleo que se contradicen con el embarazo a esa edad, en estos casos este es más bien producto de la falta de información, falla o difícil acceso a los métodos de anticoncepción.Por lo general las adolescentes carecen de información objetiva acerca de los medios que existen para protegerse de los embarazos no deseados, las infecciones sexualmente transmitidas como el VIH/SIDA.Debido a que múltiples estudios sobre embarazo adolescente apuntan a que éste fenómeno disminuiría si existiesen los tres siguientes elementos: educación sexual, servicios de salud sexual y reproductiva y oportunidades vitales para las adolescentes, es menester que dentro del Plan de Gobierno 2012-2015 se fortalezcan o implementen acciones en estos rubros. Examinar la situación de la población adolescente de Michoacán y adoptar medidas que garanticen a los adolescentes el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y prestar atención a sus necesidades de información en la materia es prioridad insoslayable.Finalmente, es importante reconocer que el embarazo adolescente es un problema social frente al cuál los adultos tenemos que asumir una responsabilidad, pues aquí se juega no solo la ancestral carencia de poder de los jóvenes sobre sus vidas , sino pautas culturales que heredan de los adultos, como el machismo y la irresponsabilidad reproductiva. Si tomamos en cuenta esto, podremos ver que no basta con darles información sobre sexualidad y métodos anticonceptivos, también es necesario ofrecer más oportunidades vitales a las adolescentes para que su autoestima e interés por la vida rebasen el mistificado papel de ser madres. Esto significa lograr que las adolescentes tengan razones valiosas para postergar el nacimiento de un hijo.Dr. Rafael García Tinajero Pérez.