¿Debate, insistencia o necedad?
De nueva cuenta y por lo visto sin percatarse de los riesgos políticos que ello le implica, Ernesto Cordero se ha vuelto a meter en una polémica innecesaria, ahora al abordar el espinoso tema del poder adquisitivo del salario. El Secretario de Hacienda del gobierno calderonista compara las pérdidas del poder de compra del minisalario durante los dos últimos decenios priistas, contra una supuesta recuperación en los últimos 10 años, que han sido gobernados por panistas.A contrapelo de sus declaraciones previas, en el sentido de que la situación del país no era satisfactoria, Cordero reculó en los días precedentes, seguramente por indicaciones superiores, pero entonces se metió en serios problemas al tratar de sostener un escenario que al resto de la población le parece indefendible. Es decir, la percepción generalizada de los mexicanos es que no hay una recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo y que éste es sólo un concepto de referencia que se utiliza en nuestro país para tasar créditos, infracciones, multas y demás.Cordero dice que posee una “visión objetiva del país y de su desempeño económico”, pero sus declaraciones lo contradicen y tan sólo dejan en evidencia su tendencia en épocas electorales para tratar de sorprender a la gente que está por tomar una decisión en aquellos estados del país donde en breve habrá elecciones. Además, intenta lograr la posición que no tiene dentro del propio PAN, rumbo a la elección federal del 2012, con las dificultades que entraña el tener a su cargo el manejo de la economía y en momentos en que la fuerza del desempleo aún sigue provocando estragos entre los segmentos sociales menos favorecidos.En abono a sus opiniones, el propio Felipe Calderón inició una serie de declaraciones para secundar a Cordero, quien previamente había señalado que con cifras del Banco de México, “de 1981 a 1990, la inflación general acumulada rebasó 15 mil por ciento, mientras que entre 1991 y 2000 se ubicó en 401 por ciento, en tanto que de 2001 a 2010, el indicador se ubicó en 55 por ciento”. ¿Así o más tendencioso? El titular de la SHCP supone que el resto de los mexicanos es ignorante y que carece de elementos de juicio para percatarse de la realidad que diariamente lesiona sus bolsillos y su calidad de vida.Se le olvida también que hace unas semanas ya se había metido en problemas cuando hizo declaraciones similares, dejando entrever que ni idea tiene de la realidad económica del país y que vive en un mundo totalmente distinto al que habitamos quienes sabemos que 60 pesos no alcanzan para mucho. Es decir, en Morelia, con esa cantidad se podrían adquirir un kilogramo de tortillas, un litro de leche, dos pasajes en el transporte colectivo, un kilogramo de azúcar, uno de plátanos y un par de caramelos de a peso. En la ciudad de México, donde el transporte está subsidiado, posiblemente rindiera un poco más, pero en localidades como Cancún o las zonas fronterizas o las petroleras, seguramente se podrían comprar menos artículos. Es muy probable que con ese salario mínimo no alcance para pagar la renta, la mensualidad de un vehículo, ni las colegiaturas, como también lo aseguró ufanamente el aspirante a la candidatura panista hace unas semanas.“El reto es que la inflación no destruya patrimonios” afirmó también Cordero Arroyo. De inmediato la gente se empezó a preguntar en qué sitio vive esta persona. Incluso, no faltó quien se preguntara, sí éste es el aspirante a la candidatura presidencial más apto, ¿Cómo estarán los demás? Otros señalaron con claridad que se defendería más si permaneciera callado. Probablemente, ni siquiera se intenta defender, pues su falta de sensibilidad social no le permite apreciar la realidad nacional. La burbuja en la que se encuentran inmersos los hace vivir una suerte de surrealismo. Al parecer se le olvidan los incrementos que desde la propia secretaría que encabeza se autorizan periódicamente a insumos fundamentales para el funcionamiento de la economía como es el caso de los combustibles, lo cual se refleja en todo lo demás. Ojala que nos diera su opinión acerca del efecto de los gasolinazos y nos explicara de qué manera influyen para robustecer la situación económica de la población.Desde luego, priistas y perredistas se encargaron de inmediato de hacer precisiones a los dichos de Cordero. Tanto Alejandro Encinas como Enrique Peña Nieto, entre muchos otros, lo descalificaron, haciendo comparaciones que dejan ver la inexactitud de tan desafortunadas e inoportunas declaraciones. Por supuesto, quienes si salieron en su defensa fueron los empresarios, quienes además tratan de sacarle raja al tema diciendo que en la realidad se paga más del salario mínimo y ése es sólo un referente, como ya se decía al principio de esta opinión.