Panóptico
No son pocos los integrantes de la 72 legislatura michoacana que padecen hiperreactividad cutánea.Su reacción ante cualquier muestra de desdén hacia su investidura, es en muchos casos visceral, impulsiva.La última expresión de esta naturaleza por parte de los diputados michoacanos se registró ayer, a propósito del tema de la reestructuración, refinanciamiento y contratación de nueva deuda pública.La Junta de Coordinación Política amenaza con hacer un extrañamiento al gobernador Fausto Vallejo Figueroa, porque no atendió un acuerdo para entregar un reporte en la materia a más tardar el 15 de febrero pasado.Más que molestarse por los protocolos, nuestros legisladores deberían ser más autocríticos y reconocer que la suya ha sido una gestión pírrica hasta ahora.Cierto, facultaron a la administración vallejista para ordenar las finanzas estatales. Pero lo hicieron a cuenta gotas y presionados por la coyuntura y el cuestionamiento ciudadano.¿Por qué en lugar de hacer públicas sus molestias por el incumplimiento de protocolos no llamaron a comparecer al secretario de Finanzas y Administración, Luis Miranda Contreras, para conocer los puntos sustantivos de las negociaciones?La falta de experiencia parlamentaria de una cantidad considerable de integrantes de la Cámara Baja es más evidente cuando la información de primer orden sobre el tema de la reestructuración, refinanciamiento y contratación de nueva deuda pública fluye a través de algunos medios de comunicación local y no por los circuitos legislativosLa amenaza de la Junta de Coordinación Política aparece como un berrinche cuando Miranda Contreras filtra a la prensa que en unas semanas podrían cerrarse negociaciones con Banorte, Banobras, Bansi y HSBC para restructurar y refinanciar deuda con el gobierno de Michoacán por un monto superior a los 9 mil millones de pesos.No ha sido fácil la tarea de conseguir recursos, sobre todo por la desconfianza que genera a las instituciones bancarias la difícil situación financiera por la que atraviesa el estado tras una década de gobiernos perredistas.Vallejo Figueroa y Miranda Contreras buscan la contratación de créditos que no sean onerosos para las arcas estatales en el corto, mediano y largo plazos. Es decir, que no vayan convertirse en un obstáculo para el desarrollo económico y social.En la respuesta al mensaje político del primer informe de gobierno de Fausto Vallejo, el perredista Fidel Calderón manifestó que el Congreso del Estado no sería un obstáculo para el diseño y ejecución de políticas públicas por parte de la administración vallejista.La amenaza de extrañamiento no abona en dicho sentido y pone de manifiesto que algunos diputados guían su labor más por estados de ánimo y fines políticos que por el interés ciudadano.