Perfiles/Arnulfo Mora
Luego de las vacaciones de Semana Santa, veremos desde hoy reanudar las actividades proselitistas de los aspirantes a figurar en el proceso electoral. Es inevitable, son los tiempos, son los ánimos de los políticos, pero serán las circunstancias las que marquen las diferencias. En este entorno, ya podemos asegurar que al alcalde Mariano Ortega desiste de la candidatura a la diputación. Hará valer su promesa de terminar su periodo de cuatro años, aunque solo tres hayan sido efectivos. Hay que remarcar que Mariano nunca dijo “quiero”, por lo tanto no se sale de donde nunca entró. Pero su inclinación por el “no” abre otros frentes de competencia por el escaño en el Congreso. Perredistas suben a la pelea al Síndico Abel Salazar Gómez y hasta aseguran que ha fijado el 17 de este mes para solicitar licencia al cargo. Don Abel jugó y perdió la alcaldía ante el PRI en el 2005. La diferencia fueron 500 votos, cifra mínima, pero suficiente para no ganar. Al igual que el alcalde, el síndico también fue víctima del secuestro masivo de alcaldes y funcionarios michoacanos por el gobierno federal en mayo del 2009. En la contienda anterior, en la lista para candidato a síndico figuraba Artemio Yáñez, pero fue desplazado y quedó Abel Salazar como “el bueno”. Nació un pacto entre ambos, dos años en el cargo para cada uno. No se cumplió. Yáñez sin embargo fue síndico interino, y podría serlo de nuevo, si como ya se afirma, el empresario transportista se convierte en candidato a la diputación local. Esa eventualidad orilla a que Yáñez Núñez no llegue a la Secretaría Municipal, pero ya está listo Jesús Mendoza, allegado al equipo formado por “Roberto-Mariano”. Pero la aspiración del síndico puede quedar solo en eso, porque también e comenta que no tiene mucho terreno a su favor, y que incluso lo supera en posibilidades el regidor Humberto Soberano y la licenciada Silvia Estrada. Sin embargo no deja de llamar la atención el que Don Abel busque estar en la contienda, porque pone en aprietos al grupo que manda en el palacio, pues también se sabe que el síndico ha tenido una voluble relación con quienes lo “invitaron” al cargo. El diputado Arquímedes y el secretario Manuel Barreras no dieron tregua en estos diez de asueto. Lo menos que hicieron fue seguirse los pasos uno al otro, para no dar ventaja en sus aspiraciones por la alcaldía. Todo indica que no hay manera de hacer desistir al legislador local. Pláticas las hay con “marianistas-melgosistas”. La oficina del tesorero Campos se ha convertido en el centro de negociaciones en las que participa el propio alcalde, pero no prosperan. No hasta el momento. Lo rescatable de esto es que no hay hasta ahora un pleito sin control entre los grupos. Para el diputado las opciones son tres: Que Manuel Barreras vaya como su síndico, una encuesta profesional o una elección abierta. Jura que respetará los resultados y la estructura del grupo, pero no le creen, además le anticipan que pierde la elección. La otra parte suma una más: que el diputado desista y negociar posiciones en la planilla y cargos en la administración, pero le dicen que es inamovible que el secretario vaya a la cabeza por la presidencia. El entrampe está al día, habrá que ver que dicen más adelante las “cúpulas”, llámense Leonel Godoy y la dirigencia estatal del PRD, que sin duda alguna, tienen marcado interés porque haya fórmula de consenso en este municipio. Por parte, quienes llevan en hombros al secretario municipal también se han propuesto no perder la elección, y en esa meta están cerrando filas y hasta le quitan bastiones de apoyo al diputado. Para el caso, Barreras no solo tiene los reflectores a su favor, sino que le han dejado todo el espacio libre para que asuma responsabilidades más allá de las que le ofrece el cargo. El ejemplo más claro fue el que Manuel Barreras recibiera y atendiera al gobernador Leonel Godoy en su gira del martes pasado y en la que por cierto, el diputado y Barreras compitieron por tener en medio al mandatario michoacano que solo reía al ver en ellos una abierta lucha en todo y para todo. POCA RESPUESTA AL GOBERNADOR. Quizás desentone con esta apreciación. Yo creo que hay poca respuesta a los esfuerzos del gobernador por cambiarle el rumbo a su región natal. Ejemplos: No son pocas sus visitas, no son pocas las veces en que ha hecho entrega de apoyos a prestadores de servicios, pero las cosas no cambian, o por lo menos, no hay corresponsabilidad para agilizar y afianzar los proyectos. No hay gestos de los empresarios locales que muestren siquiera interés en hacer suyos las campanadas que ha lanzado el mandatario. Digamos que hasta funcionarios estatales no solo han hecho caso omiso, sino que hasta boicotean, retardan y encarecen los proyectos. No se ven enfrascadas las dependencias federales en estos esfuerzos. De no ser por la Administración Portuaria Integral, la verdad es que no se notaría mucho el cambio de imagen de la localidad y la región costa en su conjunto. El gobierno de Godoy Rangel ya empieza a agonizar y después vendrán las recriminaciones. BLINDAR EL PUERTO. Empecemos por tener claro que los problemas y rezagos del municipio son una cosa y otra muy distinta es la operación de las empresas aquí asentadas. Esto viene a cuento porque los políticos confunden a la sociedad acusando a diestra y siniestra que las industrias, y en especial el puerto, son los culpables de los atrasos sociales. Lo más común es escucharles que “tenemos un puerto de primera y una ciudad de quinta”. Es cierto. Hay una gran diferencia entre el desarrollo que muestra el puerto con el que muestra la ciudad. Es decir, como municipio vamos a la zaga. Tanto nos ilusiona el avance portuario, que hasta hay quienes piden que el director de la APILAC, Rubén Medina, se convierta en alcalde. Solo un político lo ha tachado al funcionario de “extranjero” en relación a este caso. Sería muy bueno marcar las diferencias de origen de una parte y otra. Yo entiendo que las inversiones en la API son para generar dinero, ganancias, y utilidades en parámetros del mercado mundial, digamos que el ayuntamiento es para hacer lo contrario. La API se administra con estándares de empresa privada, fiscalizada y bajo reglas muy precisas de inversiones y gastos. ¿Y el Ayuntamiento? El desarrollo del puerto tiene como objetivos atraer inversiones, las que permite contratar empleos, los más profesionales y los estrictamente necesarios. ¿Y el Ayuntamiento? Los administradores de la API, y del conjunto de la industria, están sujetos a rendir resultados, y si no, los quitan. ¿Y a los gobernantes? Me queda claro que ha mayor desarrollo, se concentran más familias, es claro también que a mayor número de familias, más necesidades y a más necesidades, se ocupa de más inversiones, o como vemos, se van acumulando los rezagos. Para esto, los políticos deben ser precisos en lo que ofrecen en el manejo de los escasos presupuestos, pero sobre todo, transparencia y honestidad en su aplicación. Un deber ineludible es no solapar ni perdonar a la industria, del tamaño que sea, el pago de sus obligaciones fiscales, no ser la tapadera de quienes hacen negocios en la compra venta de empresas y que luego no cubren el concepto de esas transacciones. La clave puede ser una inteligente relación entre autoridades y empresas, en lugar de buscar culpables desde ahora. HASTA LA VISTA.