Café para Todos
* LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II, UNA DECISIÓN APRESURADA, PARA LIMPIAR EL ROSTRO DE LA IGLESIA* MÉXICO, DE MAL EN PEOR. AUMENTA LA PRESIÓN CONTRA EL EJERCICIO PERIODÍSTICO PROFESIONALLa beatificación de Juan Pablo II sin duda representa una espléndida noticia para millones de creyentes, sobre todo en México, el segundo país más católico del mundo después de Brasil.Para medir el grado de simpatía que despierta esta decisión de la Santa Sede basta con recordar las multitudes que acudieron con fervor a cada uno de los actos encabezados por el Papa polaco durante alguna de sus cinco visitas a México.Entre los fieles, no hay duda de que Karol Wojtyla reunía todos los requisitos para ser elevado a los altares y tampoco de que debe alcanzar la categoría de santo. Se le conocen unos pocos milagros, pero finalmente ese sería un mero trámite burocrático. Las reglas del Vaticano quizá no sean las mismas normas divinas.Obviamente está el caso de la hermana Marie Simon-Pierre, la monja francesa que asegura haber sido curada del Mal de Parkinson gracias a los ruegos y a las plegarias elevadas al Papa “que vino del frío”.“Estaba enferma y ahora estoy curada; el resto deberá decidirlo la Iglesia”, ha dicho la religiosa, quien asegura haberse recuperado súbitamente de la enfermedad, sin ninguna explicación científica.El ex portavoz de la Santa Sede, el español Joaquín Navarro-Valls, dijo que la curación ha sido analizada, estudiada y valorada con un rigor médico extraordinario.Más cercano a México está el caso de Jesús Puentes, de 34 años, un compatriota baleado en ciudad Juárez, que salvó la vida milagrosamente gracias –según dice- a la intercesión de Juan Pablo II. Se afirma que el testimonio de este hombre ha sido avalado por obispos de El Paso y Juárez.Según el informe oficial sobre Puentes, todos los pronósticos médicos lo daban por muerto al ser atacado a balazos la noche del 29 de enero del 2011.El 9 de febrero, durante la tormenta invernal que azotó a la ciudad vecina de El Paso, los especialistas reunieron a la familia para notificarles la decisión médica: muerte cerebral o estado vegetativo para siempre. La noticia impactó duramente a su familia que no se resignó y a través de la radio pidió orar por la salud de su pariente a nombre del Papa Juan PabloSegundo. Se recordaba que el mismo pontífice había sufrido un ataque similar el inicio de su gestión, el 13 de mayo de 1981 a manos de Ali Agca, un hombre de origen turco, a quien años después le otorgó el perdón y lo visitó en la cárcel.De acuerdo con la historia publicada por algunos medios de comunicación, en dos días de ruegos y plegarias, el milagro llegó y al desconectar el respirador, el cuerpo de Puentes reaccionó positivamente y hoy está sano y salvo.Historias como éstas han desfilado por noticieros radiofónicos y televisivos, revistas y periódicos en los días previos a la ceremonia de beatificación del Papa polaco.Inclusive hay informes según los cuales la Iglesia Católica tiene catalogados 251 milagros atribuidos a Juan Pablo II, aunque el postulador de la causa, el sacerdote polaco Slawomir Oder, eligió sólo uno para sustentar su caso: el de la monja francesa.Algunos le llaman el “Papa Bueno” y otros el “Papa que quería a México” o “El Papa mexicano”. No hay ninguna duda de que era un hombre carismático, muy querido por la gente, un personaje que derrochaba simpatía. Aparecía ante algún auditorio y éste se estremecía.También fue un estadista, un experto en relaciones internacionales y un espléndido comunicador de masas, así como un viajero irredimible.Muchos creen con razón que su intervención fue decisiva para que se produjera la caída del Muro de Berlín y con ella el derrumbe del socialismo en el Este europeo.No extraña por lo tanto que el acto multitudinario en la Plaza de San Pedro donde tuvo lugar la ceremonia de beatificación, atrajera la presencia de al menos un millón de visitantes.Al morir el 2 de abril de 2005, hace apenas 6 años, dejó sin duda un enorme vacío, que no ha podido llenar el actual Papa Benedicto XVI, a quien se nota demasiado serio, distante y poco carismático.Para colmo, el papa alemán se niega a viajar y mucho menos a venir a México, argumentando problemas de salud. Se dice que en sus escasas visitas al país ha sufrido problemas de presión cardiaca debido a la altura.En México, uno de los países más visitados por Juan Pablo II, unas 20 mil personas asistieron a la Basílica de Guadalupe a presenciar su beatificación.Por supuesto, detrás de esta visión sobre Karol Wojtyla, está la de quienes dudan de sus virtudes sanadoras, y quienes creen que era un hombre muy conservador que defendió a capa y espada, algunos de los dogmas más cuestionables y reaccionarios de la Iglesia católica, como la prohibición del aborto y el uso de anticonceptivos y el condón.Pero más allá del escepticismo ycríticas, lo que sí queda claro es que el Vaticano está instrumentando el gran carisma y enorme poder mediático de Juan Pablo II para restaurar su alicaída imagen pública, ensuciada por un escándalo tras otro, relacionados con el abuso de menores de edad por parte de sacerdotes católicos.No hay duda de que la Iglesia católica enfrenta la peor crisis de imagen de las últimas décadas, probablemente desde que fue acusada de proteger a los nazis o de no ayudar a los judíos a ponerse a salvo de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.UNA BEATIFICACIÓN PARA LAVAR CULPAS Urgida de algún clavo ardiente del cual colgarse para poder reivindicarse ante la opinión pública -y sobre todo ante los fieles que de manera cada vez más apresurada abandonan sus filas para sumarse a otras confesiones, sobre todo protestantes-, la jerarquía católica decidió sacarse una carta bajo la manga y desplegar una gran operación de relaciones públicas.Pensó con razón que Juan Pablo II, un hombre con un historial más o menos impecable, podría servirle para sus fines publirelacionistas. Fue entonces que se echó a andar la poderosa maquinaria que convierte a hombres comunes en santos.El resultado fue que el pontífice polaco fue sometido a un proceso de beatificación en tiempo récord. Sólo 5 años le tomó a las instancias respectivas en el Vaticano elevar a los altares al Papa nacido en Europa del Este.Inclusive, se estima que tanto el postulador como quienes fungen como la parte contraria, se saltaron muchas etapas para poder realizar esta operación beatificadora “al vapor”.Para los entendidos, no es que Karol Wojtyla no reuniera los requisitos para convertirse en beato y posteriormente en santo. Muchos estudiosos, sin embargo, creen que la Santa Sede trató de tapar todos los escándalos en que se ha visto envuelta usando para ello el tema de la beatificación.Hay que recordar por ejemplo que el propio Juan Pablo II protegió al sacerdote mexicano Marcial Maciel, el fundador de la orden de los Legionarios de Cristo, acusado de drogadicción, de abusos contra jóvenes seminaristas, algunos menores de edad, y de tener hijos con varias mujeres en diversos países.Otros se preguntan dónde estaba Juan Pablo II mientras cardenales, curas y otros religiosos abusaban de decenas de niños en seminarios, casas de asistencia, parroquias y hasta en las viviendas de sus feligreses.El Vaticano aplicó sus nuevas reglas contra los abusos sexuales cometidos por jerarcas de la iglesia, al revelar que suspendió a un belga del ministerio mientras las autoridades determinan su castigo.Se habrá enterado que el obispo belga Roger Vangheluwe -quen renunció hace un año-, abusó de un sobrino incluso después de ser nombrado obispo en 1984.¿No le habrán llegado rumores o informes sobre el obispo emérito de la capital chilena, Francisco Javier Errázuriz, quien tuvo que pedir perdón a las víctimas de los abusos sexuales que cometió contra numerosas personas?Esta es la otra cara de la moneda de la beatificación de Juan Pablo II. Muchos quizá se alegraron de este acontecimiento, pero habrá otros que tal vez se entristezcan tanto por la manipulación de la imagen del pontífice como por el hecho de que éste pudo haber evitado muchos abusos y, por desgracia, no lo hizo.GRANOS DE CAFÉDurante 2010 los ataques a la libertad de expresión en México se intensificaron las agresiones contra los verdaderos comunicadores.No me refiero a los ataques que se han producido contra esa escoria que escudándose bajo el oficio de “periodistas” desgraciadamente han tenido cabida en los medios y utilizan los espacios para injuriar, chantajear, y a sueldo de políticos ladrones y/o de los capos del crimen organizado, a veces han pagado muy caro su indisciplina o desobediencia.Hablo sobre las agresiones contra los auténticos profesionales de la comunicación y aún contra los editores, que ya se han disparado en México.En un hecho insólito, por decir lo menos, los capos han llegado a tomar el control de la agenda de los medios, para demandar coberturas específicas. Es decir, ya ordenan abierta e impunemente qué notas deben darse a conocer y cuáles no.De acuerdo con el informe anual de la organización independiente Freedom House, estas experiencias no se habían dado en los últimos 30 años en México, lo que le había merecido a nuestro país la calificación de “parcialmente libre”.Sin embargo, con base en el informe de agresiones contra periodistas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en total suman 68 los homicidios contra comunicadores, además de 13 desapariciones. Todo esto, durante el período que va de mayo de 2005 a marzo de 2011.A través de su Programa de Agravios a Periodistas y Defensores Civiles de Derechos Humanos, la CNDH informó que durante el mismo periodo, ha registrado 473 expedientes de quejas, 21 ataques a medios, y ha emitido 20 recomendaciones por agravios.La misma institución consideró que ante este panorama, es conveniente contar con un Observatorio en Materia de Periodistas, Comunicadores y Medios de Comunicación, que permita identificar situaciones urgentes y patrones de violaciones a sus derechos humanos, así como llevar a cabo políticas públicas regionales.A su vez Freedom House detalló que el número de personas en todo el mundo con acceso a medios de comunicación libres e independientes, se redujo a su nivel más bajo en 14 años.Sólo 15 por ciento de la población global vive en países donde la cobertura de la información política es amplia, la seguridad de los periodistas está garantizada y la intrusión del Estado en los medios de comunicación es mínima.Igualmente en su informe 2011 resaltó que en América, 17 países fueron calificados como libres (49 por ciento), entre los que destacan Estados Unidos, Costa Rica, Canadá y Belice. 14 países (40 por ciento) se consideraron “parcialmente libres” como Haití, Argentina, Colombia, Guatemala, Paraguay, Nicaragua, Bolivia y Brasil. Cuatro fueron las naciones (11 por ciento) calificadas “no libres”, como Honduras, México, Venezuela y Cuba.En este mismo contexto, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), destacó que las acciones del crimen organizado y los gobiernos autoritarios constituyen las principales amenazas a la libertad de expresión en América Latina.Además, alertó de las “actitudes de gobiernos autoritarios e intolerantes”, que promueven leyes que restringen la libertad de prensa. “A través de leyes buscan mecanismos legales para restringir no sólo el derecho a informar, sino el de las sociedades a recibir información”, asegura Freedom House. ¡Qué tal!Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección [email protected]