Confían artesanos en repunte de ventas en esta Semana Santa
MORELIA, Mich., 21 de abril de 2011.- Han pasado cinco años en el que cada periodo vacacional los artesanos que se ubican en el segundo piso de la Casa de las Artesanías (Casart) ven como se reducen sus ventas, temporada tras temporada las perdidas varían en sus porcentajes pero la constante siempre es a la baja coinciden los creadores y vendedores de las piezas artesanales.En el segundo piso de Casart hay una por lo menos 15 familias que se dedican a la creación y comercialización de artesanías en barro, madera, textiles, bordados, lacas y orfebrería entre otros técnicas y materiales, la mayoría de los locatarios han permanecido en ese lugar por lo menos desde hace 30 años, sin embargo, aseguran que desde el año 2005 comenzaron a notar una disminución en sus ventas, situación que se agravó este 2011 debido a que durante poco más de un mes la Casa de las Artesanías mantuvo cerradas las puertas a causa de conflictos entre empleados y la anterior dirección.Adriana Ramírez se dedica a la comercialización de artesanías originarias de Pátzcuaro esperaba que el repunte en turistas y de sus ventas se pudiera dar durante la Semana Santa pero esto no ha sido así, “desde el lunes esperábamos que empezaran a llegar los turistas a adquirir artesanías”, afirma, desde su local donde predominan las artesanías de laca decoradas con oro laminado y pintura al oleo.Las historias son prácticamente las mismas aunque se trate de locales distintos, por ejemplo, María Zalapa, originaria de Paracho, añora los días en los que asegura no se daba abasto para atender la gran cantidad de clientes que llegaban a su negoció, ella tiene 71 años edad y casi 40 en la Casa de las Artesanías dedicada a la venta de guitarras, juguetes y artículos de cocina tallados en madera, rebosos y bordados. “Le mentiría si le dijera que conozco la causa de por qué están bajas las ventas, lo que sí puedo decir es que se ven menos turistas, dinero y compra”, afirma, al mismo tiempo que se pareciera resignarse a la situación.Por el contrario, Salvador Molinero tiene muy claro que la falta de clientes y la baja en sus ventas, que asegura llegan a un 70 por ciento en lo que va del año, se deben a la falta de promoción y que muchos de los visitantes a la Casa de las Artesanías desconocen que en el segundo piso hay también venta de piezas debido a que se carece de información o letreros que indiquen lo que se puede encontrar en la parte superior del inmueble colonial.“Nosotros realmente somos artesanos y no revendedores”, asegura Salvador mientras confecciona los manteles de manta de Pátzcuaro que han sido el sostén de su familia durante toda la vida.Los tianguis y las ferias son los lugares a los que los locatarios y sus familias han tenido que recurrir para buscar compensar las ventas que desde hace varios años no logran al interior de la que es considerada como el mayor escaparate de las artesanías que se crean en la entidad.