Revivió el año 1800 en el Centro Histórico de Morelia
MORELIA, Mich., 1 de octubre de 2011.- Anoche Morelia se remontó hasta hace 200 años y en su Centro Histórico, organilleros, vendedores de dulces y flores, pintores, carruajes y familias enteras detuvieron el tiempo para dar cuenta a cientos de locales y turistas de cómo fue la capital michoacana a finales en el siglo XIX.Teniendo como escenario la Plaza de Armas y en el marco del 246 aniversario del Natalicio de José María Morelos y la segunda Feria Mundial de Turismo Cultural, la Secretaría de Turismo y Cultura de Morelia preparó la “Verbena de Época 1800”, la cual ofreció a los casi 4 mil asistentes, entre ellos la presidenta municipal Rocío Pineda Gochi, una vista de lo que fue la vestimenta, la danza y las convivencias sociales de los años pre revolucionarios en esta ciudad capital.Para trasladar al público a nuestro pasado, María, una niña que no rebasa los 10 años de edad, a través de su imaginación y las caracterizaciones realizadas, hizo que el auditorio pudiera revivir a la Morelia de 1800. El montaje nos habla de cómo María, al visitar por primera vez la tierra de sus bisabuelos, la colonial Morelia, queda maravillada con las cientos de historias que hablan de esta ciudad que es cuna de grandes héroes, semillero de los pensamientos insurgentes y además, Patrimonio Cultural de la Humanidad.Al escuchar la grandeza del sitio que vio crecer a sus antecesores, la pequeña desea con fervor vivir aquellos años, por lo que en sus sueños, se traslada dos siglos atrás y conoce a sus bisabuelos Constanza y Federico, quienes le muestran cómo era la convivencia de las familias morelianas de la época.Es así como 150 actores y bailarines en escena llevaron también a la audiencia en un viaje por el pasado, que estuvo armonizado por piezas de vals, aromas, peculiares vestimentas y pirotecnia que no dejaron de aplaudir los presentes.En primer lugar, aparecieron unos hombres con indumentaria elegante montados en unas de las primeras bicicletas: esas echadas a andar con una enorme rueda en la que resultaba complicado mantener el equilibrio, quienes agitando sus palmas sonrieron y saludaron al auditorio.Enseguida, se escucharon las armoniosas piezas ejecutadas por los organilleros desde la ya conocida cajita musical, que al recorrer la Plaza de Armas hicieron compañía a las antiguas familias en su paseo.Al mismo tiempo, los vendedores de algodones de azúcar y manzanas con caramelo ofrecieron sus ricos productos a los niños que jugaban en los corredores; mientras que algunas parejas posaban ante una cámara “de caja” para así, por medio de la fotografía, dejar evidencia de su unión.No podían faltar las escenas de cortejo entre los jóvenes de la época, en que las féminas haciendo uso de sus abanicos y sombreros como instrumento de acompañamiento, pronunciaban miradas y risillas coquetas a los muchachos, que respondían a éstas con un beso en la mano o regalándoles una flor.Mientras las comitivas paseaban a pie, también se observó uno de los primeros tranvías turísticos movido por caballos, en que una decena de visitantes admiró con alegría el pasaje de la Calle Real, la majestuosa Catedral y saludó también a quienes se encontraban en la tribuna observando el espectáculo.Luego, una voz de fondo explicó que fue hacia finales del siglo XIX cuando la primeras ideas de la Revolución se empezaron a escuchar en Morelia, ya en las conversaciones de sobre mesa, ya al término de los oficios católicos, en que los hombres de familia discutían algunas posturas.Sin que la música dejara de escucharse, inició el vals, lo cual enseguida provocó que varias de las parejas con sus atuendos dominicales iniciaran el baile, al cual también fue invitada a participar la pequeña María.Tras casi 30 minutos de caracterización y musicalización, los fuegos artificiales anunciaron el término de la verbena, lo que provocó un sinnúmero de aplausos y que muchos de los turistas y morelianos usaran sus cámaras fotográficas para tener un recuerdo de este espectáculo, que cerró cuando María regresó a la cama a dormir.