La democracia en Michoacán
Como si fuera poco el hartazgo que los michoacanos tenemos con la situación que priva en la entidad; con los muertos de cada día, con la inseguridad, con la política o con los políticos que dicen nos representan, con la ineficacia gubernamental, con el modelo económico que cada día hace más pobres a muchos e inmensamente ricos a unos cuantos, con las marchas cotidianas que ponen de cabeza a la ciudad, a partir de ahora, también tendremos que convivir con la contaminación provocada por las campañas de los precandidatos, cuyo dispendio es un insulto a la ciudadanía y cuyos patéticos lemas ofenden a la inteligencia y al sentido común. A los señores precandidatos no les basta el territorio michoacano y sus anuncios invaden hasta los estados vecinos.Después de la intentona de la candidatura única, que las dirigencias nacionales de las tres fuerzas políticas más importantes de la entidad, el Gobierno estatal y los señores del dinero, “exploraran” en reciente reunión en la ciudad de México y que aparentemente terminara solo en el compromiso de “buscar una agenda en común que ayude a Michoacán para salir de la situación en la actualmente se encuentra”, cada partido tendrá su candidato y las supuestas alianzas, por lo menos oficialmente no se darán en esta contienda. Sin embargo, la teoría o el propósito de la candidatura única, que en términos prácticos no sería más que una imposición disfrazada, por un lado, da la impresión que trata de ocultar algo (¿será acaso las condiciones que no garantizan una jornada segura?) y por el otro, deja al descubierto quienes son los que opinan, deciden y se sienten dueños de la entidad.La supuesta democracia que ha vivido nuestro estado, bajo la década de gobiernos revolucionarios, de izquierda, cercanos a la gente, pareciera no alcanzar mas allá de la posibilidad de un arreglo para una agenda en común, una candidatura única o de plano una designación de los poderes fácticos, como al parecer va ha suceder en muchos municipios de la entidad, en donde los programas y recursos, están sirviendo para manipular la ignorancia y la pobreza con fines electorales.La sola aceptación de tales alternativas, es un tácito reconocimiento del fracaso de los diez años de gobiernos perredistas y de paso pone en evidencia, una vez más, la decadencia y el nivel de la clase política que gobierna éste país. En el caso de nuestra entidad, ya lo dijo el rector de la UNAM: sin seguridad, no hay democracia.