Campañas
Comenzaron las campañas, la expectación en esta edición es singular porque la competencia partidaria es un hecho que potencia posibilidades, ello agrega un ingrediente atractivo.Deseo que las propuestas sean reales, creíbles, sencillas y apartadas de la demagogia que se convierte en lugar común e insulta la inteligencia ciudadana.Las encuestas que en los últimos días se han comentado a través de directivos de empresas dedicadas a tales menesteres coinciden en que el candidato priista Fausto Vallejo Figueroa está a la cabeza aunque con ventaja no considerable, el dato que me llama la atención es que en algunas el PRD está en el tercer sitio, aunque hablamos de un empate técnico, no deja de ser sintomático.La cultura democrática que tenemos no es madura porque se ha detenido en el ruido brutal de las descalificaciones mezquinas, en esta elección creo que será más importante el grado de aceptación de los candidatos independientemente de las siglas o franquicias que les arropan.Nuestra realidad en Michoacán se ha vuelto temible, los índices de inseguridad hace rato se han vuelto más que preocupantes y ese tema será toral como lo afronte quien desee ocupar la primera magistratura de nuestro estado.El desempleo y el rezago educativo son rasgos de nuestro presente, enjaretar la culpa de ello a un solo partido es ahora un acto oportunista, aunque cada cual debe asumir su propia responsabilidad. El ciudadano de pie que padece además de vivir nuestra realidad desea respuestas y éstas no deben confundirse con dádivas. El estado benefactor siempre resulta popular pero construye paradigmas que suelen convertirse en nefastos porque vigoriza el paternalismo, despensas, apoyos que se vuelven paliativos efímeros, como una aspirina que reduce el dolor pero más tarde retornará.Es mejor invertir en infraestructura, en educación, porque es una ruta indiscutible para fomentar el empleo, alcanzar un desarrollo sostenido que se traduzca en la reactivación económica. Los programas clientelares se convierten en negocio porque se trafica con la pobreza para canjearlo después por votos. Esas actitudes deben modificarse de raíz, el colonialismo concluyó en 1821, los encomenderos son de otros siglos, aspiramos a un México de libres e iguales porque nuestra forma de gobierno es republicana y no monárquica.Habría que estar atentos para conjurar campañas negras de esas que se tiñen con el embuste grotesco, aquellas que asumen que la difamación es instrumento para ganar, las que optan por la calumnia como práctica recurrente ante falta de argumentos de peso para posicionar sus fórmulas.Michoacán merece campañas de altura en las que la sensatez, la honestidad y la asepsia sean los elementos que las distingan. Se vale soñar.