Hablando en serio
“A pedradas...”Uruapan, Michoacán, 25 de junio del 2011-Si solo tuviera piedras para combatir (al crimen organizado), lo hubiera hecho (Calderón –dixit-).El último mexicano que se enfrentó a pedradas, fue muerto por un policía gringo de la Migra; no parece ser, entonces, una buena estrategia… Y ahí parece estar el problema.El reclamo del poeta Sicilia tiene como sostén el pensamiento lógico: “El problema señor Presidente es que usted se lanzó a esta guerra con instituciones podridas con alto grado de impunidad.”. La respuesta del Presidente fue emocional y ególatra: “Prefiero que me juzguen por haber actuado en lugar de por haberme quedado quieto”. ¡No! Señor presidente, en ningún momento se le ha pedido que se quede quieto, lo que se le pide, es que su quehacer tenga como sustento el bien común de los mexicanos y que acepte que, iniciar una lucha con instituciones corrompidas y sin un diagnóstico respaldado en un sistema de inteligencia, no es un acto de valor ni de congruencia, es un acto estúpido que ha costado vidas… Es lanzarse a la guerra sin fusil.En respuesta, más demagogia presidencial: “No hay violencia porque estén ahí las Fuerzas Federales. Las Fuerzas Federales están ahí porque ahí hay violencia, una violencia que las autoridades locales no pudieron controlar”. Bueno sería recordarle al presidente que, la falta de control de las “autoridades” locales sobre delincuentes, además de la corrupción imperante en los tres niveles de gobierno y de contar en los gobiernos con funcionarios ineptos, tiene como fundamento la capacidad de fuego del crimen organizado, misma que tienen gracias al gobierno norteamericano que les vende y contrabandea armas y a la complicidad del Gobierno Federal que no ha podido o no ha querido o no le ha convenido contener el contrabando de armas. No olvidemos tampoco, que los militares están ahí porque la policía federal no ha cumplido porque no ha podido o porque no ha querido o porque no le ha convenido… Sin embargo, Felipe Calderón se aferra en sostener, placear y defender al Secretario Genaro García Luna, de quién pidió su renuncia el poeta Sicilia; y quién, en su momento fue señalado por el Secretario de Gobernación, que denunció la inacción y las pifias del gobierno foxista en la lucha contra el crimen organizado; gobierno que tenía como responsables a los mismos funcionarios “ineptos”, Genaro García Luna y Eduardo Medina Mora, señalados por Gómez Mont.Es obvio que con todo y diálogo no nos estamos comunicando o no nos queremos comunicar. El Presidente está montado en su macho: “Voy a seguir combatiendo a los criminales con las fuerzas federales” Y quiere un juicio basado en su intención y su esfuerzo: "Asumo la crítica, así sea injusta". La sociedad no lo vemos así, queremos resultados. Cito a Julián le Baron, quién a justificación mentirosa de autoridades, interrumpió diciendo: “No hay ninguna persona detenida por ese crimen. ¡No ofendan la memoria de mis hermanos diciendo que se ha hecho justicia!” ¡Y tiene razón!, el México de hoy no tiene, ni seguridad, ni justicia.Otra razón por la que no hay comunicación entre el gobierno y gobernados, es que hay una distorsión de los jerarcas mexicanos respecto al “papel” que juega el gobernante; que no es otro más que el de mandatario. Lo que implica tener la representación del pueblo de México para hacer, a través del poder que le da la investidura, lo que le encomienda el pueblo, regido por la Constitución y la Leyes. En ese tenor, si el pueblo, representado parcialmente en el diálogo en Chapultepec, en la voz de Javier Sicilia y del Sr. Julián Le Barón le piden un cambio en su estrategia para combatir al crimen organizado, lo correcto y lo prudente sería analizar alternativas y propuestas, no descalificar diciendo: “…estás equivocado Javier... puedo pedir perdón por no proteger la vida de las víctimas. Pero si de algo, en todo caso, me arrepiento, es de no haber enviado a tiempo fuerzas federales a combatir criminales que nadie combatía, porque les tenían miedo o estaban comprados por ellos”. Felipe está equivocado y si tiene que pedir perdón y en su caso, ser juzgado por haber sacado al ejército a las calles e insistir en ello, en contra del mandato constitucional y por los crímenes derivados de esa decisión, incluido el asesinato de los estudiantes del ITESM. Además, tiene que pedir perdón y ser juzgado por la relación de dependencia y complicidad con los gringos, incluido el acto de omisión respecto al contrabando de armas orquestado por ellos. Estoy convencido de que el Presidente actúa de buena fe, pero no es suficiente, ni da para exonerarlo de los crímenes cometidos por las decisiones que tomó.Soy de la opinión de que sí, se debe combatir frontalmente el crimen organizado, pero no como el “Borras” y menos por motivos personales o políticos o a sugerencia de gobiernos extranjeros. El combate a la criminalidad debe ser, ante todo, en función del interés republicano, dentro del marco legal y en forma inteligente, es decir,… no a pedradas.Un saludo, una reflexiónSantiago Heyser BeltránEscritor y soñador