Razones para un periodo extraordinario
Cuando han tenido lugar crisis económicas en México una de las variables más afectadas es la inversión. Así pasó con la crisis de 1995, creada por los gobiernos de Salinas y de Zedillo, y ahora pasa con la crisis de 2009, que fue creada principalmente por los Estados Unidos.Respecto a esta última, puesto que se trató de una crisis financiera que se originó por dar crédito a quien no podía pagarlo, el efecto inmediato fue una reducción en los fondos para préstamos, al extremo de que hubo varios meses, al inicio de 2009, en que no había dinero disponible en los bancos para prestar. Esta caída en los fondos prestables implica una reducción en la inversión total, porque una parte considerable de lo que se invierte proviene precisamente de la intermediación financiera. La caída fue generalizada, y se reflejó también al interior de los países.De acuerdo datos recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, (CEPAL, en México se perdió casi la mitad de la inversión extranjera directa, al pasar de 30 mil dólares a finales de 2007 a 15 mil al comienzo de 2009. Lo mismo pasó con otros países, por ejemplo Brasil que pasó de 45 mil en 2007 a 25 mil en 2009. No obstante, otro elemento a destacar en la información de la CEPAL es la diferencia que ya existe entre lo que recibe Brasil y lo que recibe México respecto a inversión extranjera directa. Actualmente, Brasil recibe cerca de 120 mil millones de dólares por la vía de inversión extranjera directa, mientras que México solamente recibe menos de 60 mil millones. Es decir, midiendo como porcentaje de la inversión extranjera directa que llega a América Latina, Brasil recibe casi la mitad de la inversión de este tipo que llega a toda la región, mientras que México recibe cerca del 20 por ciento. El contraste es más claro si puntualizamos que en el año 2000 Brasil y México apenas recibían una tercera parte de este tipo de inversión.Los datos anteriores solamente confirman que Brasil se ha ido convirtiendo en lugar preferido para la inversión extranjera, mientras que México es cada vez menos atractivo. La pregunta que debemos hacernos es ¿por qué? Definitivamente la respuesta se encuentra en las condiciones existentes que hay en cada país para atraer la inversión a su territorio. En Brasil, después de diez años de haber implementado verdaderas reformas estructurales, los resultados comienzan a ser evidentes. En México, después de diez años de negarnos a sacar adelante reformas que permitan atraer más inversión, el rezago comienza a ser evidente también.Resulta lamentable que ante la reiterada solicitud de diversas fuerzas políticas y sociales por sacar adelante las reformas que México necesita, el PRI continúe en su irracional postura de impedir que salgan adelante reformas de gran calado para el país.Las reformas laboral, fiscal, política, anticorrupción, de seguridad nacional, de asociaciones público privadas, contra el robo de hidrocarburos, contra el lavado de dinero se encuentran congeladas por el PRI en el Congreso de la Unión y no se ve para cuando puedan materializarse.Por ello es fundamental que se convoque a un periodo extraordinario en lo inmediato para que las diversas expresiones políticas con representación en el Congreso de la Unión discutan y legislen en cada una de esas materias. Pretextar que debido a los procesos electorales no es posible reformar a México es un grave error que está rezagando día a día a nuestro país. La actividad legislativa y el crecimiento del país no pueden ser rehenes de intereses partidistas y de procesos electorales.Por esas actitudes mezquinas que han caracterizado la vida cotidiana del PRI en los últimos años, hoy el país sufre ya las consecuencias de una parálisis irracional de quienes siendo mayoría legislativa han defraudado la confianza de sus electores y de todos los mexicanos. México no merece lo que el PRI le provoca por su inacción y omisión.