Crecimiento y empleo
La historia del comportamiento económico de los países europeos parece que se está escribiendo en dos versiones distintas. Por una parte, países como Alemania, Holanda y Francia comienzan a salir firmemente del bache económico que provocó la pasada crisis mundial. Según el Banco Central Europeo, los sistemas bancarios de estos países están en condiciones, y ya lo están haciendo, de ampliar sus balances y proporcionar crecimientos del crédito para reactivar la economía.Alemania, por ejemplo, registró un crecimiento del PIB de 3.6 por ciento en 2010, tratándose del mayor crecimiento económico para ese país desde la unificación en 1990. El crecimiento alemán se debe principalmente a dos factores: por una parte a la recuperación del consumo privado producto de la estabilidad que ha presentado el empleo y, por otra, a la recuperación de las exportaciones, que pasaron de una caída de 14.3 por ciento en 2009, a un aumento de 14.7 por ciento en 2010.No obstante, existe en Europa una historia diferente. España, Portugal y Grecia son un claro ejemplo de ello. En España los bancos han advertido que el crédito continuará en contracción, con una estimación, para este año, superior al 5 por ciento. Esto se refleja en el magro crecimiento que España ha presentado en los tres primeros meses de 2011 ya que apenas se registra un avance del 0.2 por ciento. A diferencia de lo que sucede en Alemania, en España las ventas al exterior registran incrementos mínimos y el consumo privado continúa paralizado.La explicación del estancamiento del consumo privado se encuentra principalmente en el constante crecimiento del desempleo que, de acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración del gobierno español, el número de desempleados ya es cercano a los 4 millones 200 mil individuos. Además, el consumo privado se ha visto frenado por el incremento de los impuestos y el recorte de transferencias que el gobierno español se vio obligado a realizar para comenzar con el saneamiento de sus finanzas públicas.Esta lamentable historia que se escribe en estos países europeos no es solamente circunstancial, sino que es producto de políticas públicas deficientes que desde luego no se han ocupado de aspectos básicos para la sociedad contemporánea y que se han alejado además de contribuir al desarrollo y la calidad de vida particularmente de los jóvenes.El difícil entorno económico que caracteriza a España ha comenzado a generar fuertes movilizaciones de protesta. Los plantones multitudinarios en la Puerta del Sol de Madrid, y en las plazas de diversas ciudades de España, donde los jóvenes españoles denuncian la falta de oportunidades en materia de empleo, vivienda y salud, a pesar de que la mayoría de ellos forman parte de la generación más preparada en las historia de ese país, son un claro mensaje para muchos países, incluido el nuestro, a fin de que diseñen políticas públicas que promuevan el desarrollo y el bienestar entre la juventud.Mucho se ha dicho sobre el avance macroeconómico de nuestro país, y aunque nuestra economía ha crecido, y ya no somos el país en ruinas que dejó el viejo régimen priísta en cuanto a endeudamiento, inflación, tasas de interés, devaluaciones, y más, no podemos conformarnos con ello, ahora es necesario también que avancemos a mayor velocidad en materia de oportunidades educativas y laborales para los jóvenes mexicanos, de otra forma, el contagio de lo que hoy enfrentan jóvenes europeos, no tardará en cruzar el Atlántico.