Rueda de Molino
Para quienes festinaron y hasta alabaron la capacidad “ingeniosa” de quienes diseñaron la cartulina con la leyenda: “MARIO ABURTO: ¿DÓNDE ESTÁS CUANDO MÉXICO MÁS TE NECESITA?”, y la blandieron en una persecución callejera al convoy donde presumían iba el candidato del PRI-PVEM a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto, debieran ahora preguntarse si es motivo de regocijo por igual que la violencia verbal haya tornado en agresión física, intentos de linchamiento colectivo. Porque lo acontecido apenas días después de la irrupción en el escenario nacional del movimiento “#YoSoy132” no sólo fue aplaudido, sino lamentablemente, alentado a extremos que ahora el “ingenio” plasmado en leyendas ha entrado a una etapa altamente peligrosa.De lo acontecido en Querétaro hace un mes aproximadamente a lo que pasó apenas horas atrás en Tepeaca, Puebla –al momento de enviar este despacho-, media mucha perversidad sembrada en la pradera del encono que tiene, parece ser, lista la llama que incendie y convulsione de nueva cuenta al país. Pareciera que quienes alientan el radicalismo y siembran odio anticipándose a cualquier resultado electoral que no les favorezca, no recapacitan en el daño que le están haciendo a México y sus habitantes todos, sino además perfilan su ambición a que en vez de que se viva una “elección”, estalle una “guerra civil”. Porque hasta ahora los que se han identificado con el movimiento juvenil declarado abierta y públicamente “anti Peña” son quienes no encuentran otro método de convencimiento que no sea sembrar odio y alentar violencia, como forma de lucha política.Los votos que debieran obtener en las casillas, por convencimiento de contar una propuesta política viable, es objeto de un afán retorcido de conseguirlos a costa de lo que sea y ya no es sólo “mandar al diablo a las instituciones”, sino ahora se abre paso a la posibilidad -única alternativa viable para cambiar el rumbo electoral que se perfila- de asesinar, eliminar, al puntero. Manifestar el rechazo hacia un candidato es una libertad que se goza en este país, pero cuidado hacerlo en contra de quien se autoerige como el único “honesto” que existe en el territorio nacional, porque entonces las descalificaciones, los insultos y hasta amenazas personales surgen con prontitud y se propalan con inmediatez asombrosa en las redes sociales y las consignas callejeras. Asomado como nunca el rostro de la intolerancia y el radicalismo -“el que no está conmigo está contra de mí”- el fanatismo, la sin razón, pero sobre todo, insisto, la intimidación son las únicas armas con que parece contar ya el que sigue pensando que su arribo al poder es poco menos que obligado por decreto divino. Sin resistir el análisis, mucho menos permitir se les cuestione sobre sus evidentes nexos con inescrupulosos y corruptos -de los que tanto se “espantan” en el discurso para lo público pero que alientan y protegen en lo doméstico- las hordas fanatizadas siguen el libreto que ha elaborado Andrés Manuel López Obrador y si no es “por la buena”, pues que sea “por la mala”, pero la elección que se avecina no están dispuestos a perderla. Dice el lugar común que para que haya “democracia” es requisito sine qua non que haya “demócratas”, pero éstos no se asoman ni por disimulo en las filas de eso que aún persisten en llamar “bloque de izquierda”. Por el contrario, el radicalismo, la tendencia autoritaria y fascista, les brota como salpullido en enfermo atacado por varicela. Hasta ahora lo único que estos ejemplos de la “república amorosa” que se promete -sólo para los que comulgan con los dictados de su mesías tropical- han hecho con los ataques violentos que proliferan por grupos perfectamente identificados con esa “causa”, es propagarla bajo la pretensión de crear en el imaginario colectivo que “todos repudian” a Peña Nieto y que al único que las mayorías “aman, aprecian, quieren, idolatran” en este país es al intolerante y megalómano quien no tiene empacho de proclamarse como “apóstol” por la “lucha” que encabeza. “Les agradezco a los jóvenes que lo hayan desinflado (a Peña Nieto)”, ha sido una de las muchas frases públicas lanzadas por López Obrador en “reconocimiento” a la persecución que emprenden en contra del puntero, pero nunca ha reprobado la agresión física a la que ya se está llegando, ni lo hará. Convencido como vive que con estos escenarios prefabricados la comunidad nacional e internacional van a terminar aceptando que él es al único que se desea ver en la silla presidencial y los demás están de sobra, el tabasqueño persistirá alentando el encono y no dudamos que sería el primero en aplaudir, hasta premiar, si uno de los fanáticos que le siguen atentara contra la vida de Peña Nieto. Restan muy pocos días para la elección -al cierre de este envío sólo 19- y todo parece indicar que en vez de aminorar el encono y la visceralidad con que se alienta a las hordas pejistas, irá en ascenso. Por eso será muy difícil pensar que podremos tener una jornada comicial serena, en paz y ejemplo de civilidad, de madurez política, como recitan los retóricos.Todo lo contrario, el umbral de un estallido social por alentar desde ahora la siniestra versión de que ya está “preparado el fraude” y que el “IFE no garantiza” la limpieza de la elección, son los inflamables elementos que están en espera del cerillo que encienda la pradera.Por eso debemos lamentar que no haya “demócratas” en este juego que es la “democracia” donde se gana y se pierde, pero no se “arrebata” porque no se puede permitir que las minorías obren sobre las mayorías.Recordemos que en caso de que las mayorías se inclinen por alguien diferente a López Obrador formarán parte del “masoquismo colectivo” con que ha calificado una decisión adversa pero que no reconocerá, el mismo instigador de masas.Eso en todo caso es dictadura y a ella le apuestan los que defienden y promueven que la lucha electoral se convierta en lucha fratricida.¿Acaso saldrán en estos últimos días a fijar una posición de rechazo, a pronunciarse en contra de la violencia y a desalentar las persecuciones callejeras y las agresiones en contra del puntero?...No, en definitiva, no tienen esa estatura política, mucho menos moral. No son demócratas, son fundamentalistas, está en sus genes, es su naturaleza, pretender cambiarlos sería como aspirar a que los alacranes dejaran de picar o las víboras de atacar a sus víctimas. Ni más, ni menos.LA VIDA TE DA SORPRESAS… Después del segundo debate en el que dicho sea de paso la que mejor librada salió fue Josefina Vázquez Mota con todo y el recordatorio que le hiciera el catedrático Gabriel Quadri de su reciente “amistad” con la impresentable Elba Esther Gordillo, surgieron de la noche a la mañana espectaculares en la capital del país con la leyenda: “Adiós Chepina, gracias por participar”…Así contundente, sin más que el apoyo gráfico de unas pantorrillas de mujer asomando por debajo de la falda y otras más de hombres trajeados, en camino que semeja retirada, los espectaculares calaron hondo en el ánimo de la panista y su grupo de asesores quienes no tenía previsto un ataque de esta características.Huelga decir que de inmediato se soltaron las especulaciones en torno a la autoría del desaguisado y mientras corrían en tropel a quejarse ante el cada vez más atribulado e insulso IFE, otros indagaban hasta “descubrir” que detrás del “Adiós Chepina…” está nada menos que la terrorífica dirigente magisterial. Agustín Castilla, representante del PAN ante el órgano electoral, no tuvo empacho en soltar la especie al declarar a los medios que “por supuesto me parece que éste es un embate de Elba Esther Gordillo contra nuestra candidata presidencial y es algo absolutamente reprobable”.Lastimoso que hasta ahora le espanten los métodos malévolos de la Gordillo, cuando apenas hace seis años aplaudían a rabiar que la chiapaneca haya mandado a la lona al entonces candidato del PRI, Roberto Madrazo Pintado para luego negociar el respaldo de los gobernadores del tricolor y apuntalar el triunfo que con las uñas rescató Felipe Calderón Hinojosa.“Tú le crees a Madrazo… ¡yo tampoco!”, fue entonces la consigna que propalaron con mexicana alegría los propios panistas para allanarse el camino y refrendar su victoria -“haiga sido como haiga sido”- y que también le fue adjudicada a Elba Esther Gordillo sin que ésta lo desmintiera jamás.Por sus antecedentes, ahora los panistas no tienen duda que la dueña del PANAL es la autora de esta nueva “travesura electoral” que les afecta y por eso la denuncian –sin elementos probatorios-, lo que no hicieron en la contienda presidencial pasada.Los del albiazul deben estar atentos a lo que decía el salsero Rubén Blades en su clásico “Pedro Navajas”:“…La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!”.Vale…